Una mano anónima ayuda a Almeida en el contratiempo que tiene para destapar la placa conmemorativa de Casa Lucio

El restaurante Casa Lucio goza una gran tradición gastronómica. Está ubicado en la Cava Baja de Madrid y sus huevos estrellados (rotos en el plato, con la "puntillita" justa y mezclados con patatas) se han convertido en un atractivo para turistas y vecinos de la zona.

Lucio Blázquez, que está a punto de cumplir los 90 años,abrió el restaurante en el año 1975 en ese castizo barrio madrileño. Aunque lleva trabajando allí desde los 12 años (desde el 1945), cuando era el Mesón El Segoviano.

El Ayuntamiento de Madrid ha querido rendir homenaje a este hostelero y a su plato estrella colocando una placa conmemorativa en la fachada del local. Al evento han acudido, además de representantes del Consistorio, hosteleros y vecinos del barrio de La Latina, algunos chefs reconocidos como Paco Roncero.

Problemas al destapar la placa conmemorativa

El alcalde José Luis Martínez-Almeida era el encargado de presidir el acto en la capital: "Lucio eres un icono de Madrid por muchas razones: has trabajado todos los días desde el talento, y es por eso por lo que todos los que hemos estado en tu restaurante, todos los que tenemos la suerte de conocerte hemos sido muy felices gracias a ti", expresaba el alcalde, según ha indicado la Asociación de Empresarios de La Latina en un comunicado.

También era el encargado de destapar la placa, pero se complicó. El alcalde trata de descubrir la placa, tapada con una tela, tirando desde un largo palo para deslizar hacia un lado el paño. Con la mala suerte de que el palo se desenganchó de la tela y la placa siguió tapada. En el vídeo se ve como en el momento, los allí presentes, suspiran con un "oooohhh". "Ha fallado, ha fallado", decía Almeida.

Fue entonces cuando aparece una mano 'anónima' que salvaría el apuro en el que se encontraba el alcalde de Madrid. Lo intentó, sin éxito, Villacís. El propio Lucio se reía de la situación mientras intentaban ver la forma de destapar la placa.

Y por fin la mano anónima tiró de la tela y la destapó. Se encontraba en la primera planta, al lado de donde se ha instalado la placa, por lo que pudo sacar la mano por el balcón y descubrirla, provocando un fuerte aplauso entre los asistentes.

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