Reforma del Código Penal

Malestar en un sector del PSOE: "Los independentistas buscan un Código Penal a la medida"

Los barones del PSOE que buscan la reelección en mayo manifiestan su preocupación por el precio electoral si se reforma el Código Penal: "Malversar es, en cualquiera de sus modalidades, corrupción".

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El PSOE es, en estos instantes, un mar de dudas. La disyuntiva entre reformar el Código Penal o no hacerlo ha provocado una dimensión de grandes magnitudes entre las filas socialistas, más aún teniendo en cuenta que dentro de cinco meses hay elecciones autonómicas y municipales. Los socialistas más críticos creen que la decisión de reformar la malversación les puede pasar una seria factura a nivel electoral en los próximos comicios y alertan de las consecuencias.

Ya lo avisa el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, uno de los mayores críticos de Pedro Sánchez, advirtiendo que, "con mucho descaro, los independentistas buscan un Código Penal a la medida". Precisamente, García-Page es uno de esos líderes que, pese a contar en estos instantes con una mayoría absoluta, tiene a varias encuestas en su contra, advirtiendo de que PP y Vox podrían arrebatarle la mayoría en los próximos comicios.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, también pide una reflexión en este asunto, advirtiendo de que "malversar es, en cualquiera de sus modalidades, corrupción". Este líder autonómico, que hace unos días dijo que "a España le hubiera ido mejor sin Pedro Sánchez", terminó rectificando sus palabras asegurando que no tenía intención de generar división interna en el PSOE y que no pretendía que sus palabras fueran entendidas como una deslealtad.

Los independentistas siguen divididos

A pesar de que haya unidad en el bloque independentista para conseguir determinados beneficios del Código Penal, ERC y Junts siguen sin enterrar el hacha de guerra. La decisión de Pere Aragonès de prescindir de Jordi Puigneró como vicepresidente, junto a la votación que llevó a cabo Junts, y donde su militancia apoyó abandonar el Govern, continúa generando tensiones en un gobierno catalán que, además de estar en minoría, sigue sin tener garantizada la legislatura, que durará, como máximo, hasta 2025.

La CUP se erige ahora como el máximo exponente del ala dura del independentismo. Ya lo avisaba su lema de campaña ("¡Ingobernables!"), tal y como han manifestado durante su estancia en el Congreso de los Diputados a lo largo de la presente legislatura. En el otro lado, ERC ha sabido sacar partido de sus 13 diputados, mientras Junts ha quedado en un segundo plano a causa de sus fracturas internas y se prevé que tenga un fuerte batacazo electoral, según las encuestas.

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