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SE HAN SUSPENDIDO LOS ACTOS OFICIALES

Riadas humanas invaden las calles de Cataluña en Sant Jordi pese a la aplicación del 155

La Generalitat no celebrará actos a los que tradicionalmente asistían el presidente del Govern y los consellers dada la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Aun así se vive un buen ambiente en las calles, cientos de personas hacen cola para que sus autores favoritos les firmen sus libros o para comprar una rosa.

A pesar de la aplicación del 155 y la suspensión de la mayoría de los actos oficiales, una marea de personas han invadido desde primera hora de la mañana las principales calles de Cataluña, con una rosa en la mano y en busca del libro para regalar durante la jornada. En Barcelona, los más madrugadores hacían cola junta al edificio de Can Serra de la Diputación de Barcelona para hacerse una fotografía sentados en unas inusuales balas de paja que decoraban una caseta.

El Palau de la Generalitat celebrará una jornada de puertas abiertas con motivo de Sant Jordi, por lo que mantendrá la tradición de que los ciudadanos puedan visitar este día la sede del Govern entre las 11 y las 19 horas.

Aparte de la jornada de puertas abiertas, el Palau de la Generalitat también acogerá un concierto de carillón a las 12 y a las 18 horas, de 45 minutos cada uno, que podrán escuchar los que estén visitando el recinto en ese momento y también los que pasen por la calle.

A las 19 horas habrá 'sardanes' en la plaza Sant Jaume, con la Colla Sardanista Sant Jordi y la Copla Principal de la Bisbal, y a las 20.30 un concierto en la Catedral a cargo del Cor de Cambra Francesc Valls, que cantará las 'Completes de la solemnitat de Sant Jordi a la Generalitat, una pieza de 1614 de Joan Pau Pujol. Con motivo de Sant Jordi, también la Biblioteca de Cataluña hará una jornada de puertas abiertas.

Por el Passeig de Gràcia y Rambla Catalunya, jóvenes parejas paseando con cochecitos, matrimonios de jubilados con lazo amarillo en la solapa y una rosa del mismo color en la mano; mujeres que se compran ellas mismas las rosas, y algún impaciente que se queja a grito pelado de que no puede dar ni medio paso.

En contraste, lectores esperando pacientemente a que sus escritores favoritos les firmen sus libros, estudiantes de medicina vendiendo rosas un poco más caras de lo habitual, a cinco euros, "para poder investigar" y grupos de turistas con sus maletas en ristre que nunca antes habían oído hablar de la fiesta del libro y la rosa.

El exalcalde de la ciudad Xavier Trias se ha cruzado en la plaza Catalunya con uno de los vendedores ambulantes apostados allí que ofrecían "palos selfie", mientras un grupo de controladores, con peto naranja, auxiliares de la Guardia Urbana, trabajarán hasta las diez de la noche para que peatones y automóviles no se hagan mucho daño en las calles que confluyen con la plaza.

En una de las casetas, el político Joan Coscubiela firma ejemplares de "Empantanados" en su primer Sant Jordi como autor, algo que nunca había creído que sucedería e incluso "con nervios" en el estómago. Muchos de los que se le acercan le agradecen que "haya escrito un libro vinculado a mi intervención en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre.

Los cocineros hermanos Torres, en su cuarto Sant Jordi como autores, hablan con sus seguidores, que les piden fotos -de hecho, ya un clásico que se repite en todas las casetas- en un día que "pinta muy bien". Para otros, en cambio, es un Sant Jordi más complicado que en otras ocasiones.

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