Íñigo Errejón

El juez procesa a Íñigo Errejón por la presunta agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá

Así consta en un auto, al que ha tenido acceso Europa Press, que ha dictado este viernes el titular del Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid.

Imagen de archivo de Íñigo Errejón y de Elisa Mouliaá.

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El juez Adolfo Carretero acuerda procesar al exdiputado Íñigo Errejón por un presunto delito de agresión sexual contra la actriz Elisa Mouliaá al considera que existen indicios de que se cometió el delito. Europa Press ha accedido al auto que este mismo viernes ha dictado el el titular del Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid.

Carretero da veracidad al testimonio de la denunciante y afirma que los indicios contra Errejón "existen y no han sido totalmente desvirtuados por la versión del investigado, su prueba pericial y documental, por lo que el procedimiento no puede ser archivado" en este momento.

Además, explica que "las posibles lagunas o contradicciones en su declaración -en referencia a Elisa Mouliaá-, las aclaró ante este instructor, tras un largo y exhaustivo interrogatorio, en el que en todo momento mantuvo la coherencia, explicando que si no reaccionó ante el abuso más rápidamente, como hizo en el tercer episodio, fue porque estaba aturdida, bloqueada ante la situación y la personalidad de su presunto agresor, además del efecto de la bebida y los medicamentos que tomaba".

Esta fue la denuncia de Elisa Mouliáa

La denunciante llevaba aproximadamente un año hablando con la persona denunciada (Errejón) a través de la aplicación de Instagram y posteriormente de Telegram.

El día de los hechos coincidía con la presentación de su libro. Íñigo invitó a la denunciante a que asistiese a la presentación del mismo. Una vez que finalizó el evento, este acudió al lugar donde se encontraba la declarante y la invitó a ir a tomar una cerveza, acto seguido ambos fueron hasta una cervecería de la zona de Ópera.

La persona ahora denunciada mostraba una actitud seria y fría que sorprendió a la dicente, si bien hasta ese momento el varón siempre mantuvo una actitud correcta hacia ella.

Esa noche la denunciante tenía intención de acudir a una fiesta que organizaba su amiga (…) Se lo comentó a Iñigo y. por educación. le invitó a asistir. Para sorpresa de la declarante. este accedió a su invitación, solicitando un vehículo para desplazarse hasta la misma.

Una vez en el interior del coche, Íñigo cambia de actitud y toma en una actitud dominante indicando a la dicente que le iba a imponer tres reglas. La primera que no se alejase mucho de él esa noche, la segunda, que si lo hacía, no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto y la tercera que esa noche le diese un beso. La declarante se sintió violentada y cortada, si bien decidió guardar silencio por ser quien era.

Nada más acceder al edificio y, en concreto, dentro del ascensor, Iñigo dijo a la denunciante: "La tercera regla la voy a romper ahora mismo". Acto seguido, agarró a la denunciante fuertemente de la cintura y la comenzó a besar introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta. Invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que la misma se sintiese muy intimidada.

Al bajar del ascensor, accedieron a la casa de su amiga, comenzando a involucrarse en el ambiente de fiesta donde bailaron, bebieron y charlaron con lo asistentes.

En un momento de la noche, la declarante comenzó a bailar con un amigo suyo una canción de 'Los Secretos', hecho que la denunciante opina que debió producir un ataque de celos en su acompañante -el ahora denunciado- ya que este la agarró fuertemente del brazo y la llevó por la fuerza durante unos seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la casa.

Una vez en el interior, el denunciado cerró con pestillo la puerta, para impedir que la dicente pudiese escapar comenzando a besar y a tocar a la dicente por distintas partes de su cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos no pudiendo concretar si fue por encima o por debajo de la ropa, aunque recuerda que le llegó a quitar el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas del tipo: "Cómo me pones".

Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la declarante.

Acto seguido, empujó a la declarante sobre la cama y se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de la declarante. La declarante recuerda que se sintió paralizada y que no consintió nada de lo que sucedió. Fue en ese momento cuando le dijo que ella quería seguir en la fiesta, argumentando que su amigo se había quedado solo.

Íñigo le respondió que salía de la habitación con la condición de que en veinte minutos ambos se tenían que ir de la fiesta a la casa de Iñigo, ya que tenia intención de llamar a un vehículo. La denunciante recuerda que accedió a su condición ya que su intención era que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes. Estos hechos pudieron durar menos de veinte minutos.

Recuerda que ambos estuvieron un rato más en la fiesta, si bien Inigo agarró la chaqueta de la denunciante y se la puso con mucha celeridad, al tiempo que le decía: "Date prisa que el coche lleva cinco minutos esperando".

A mitad de camino a casa del denunciado, recibe la declarante una llamada telefónica de su padre en la que le decía que su hija -de un año de edad en ese momento- tenía cuarenta de fiebre. Algo que preocupó mucho a la denunciante, pero no a su acompañante, el cual no reaccionó en absoluto.

Íñigo mantenía una actitud fría e impasible a lo que estaba sucediendo, no interesándose de ningún modo en el estado en el que se encontraba su hija pequeña, no llegando ni a ofrecerle la posibilidad de trasladarla hasta el domicilio de sus padres.

La declarante recuerda que se sintió muy mal ya que estaba preocupada por su hija pequeña y no comprendía muy bien la actitud que mostraba el ahora denunciado, trasladándose ambos hasta el domicilio de Iñigo.

Una vez en el interior del domicilio del denunciado, este sin mediar palabra comienza nuevamente a besar a la denunciante en los labios, mientras la realizaba tocamientos por la zona de los pechos y de los glúteos todo ello por fuera de la ropa, mientras trataba de trasladarla hasta su habitación.

La declarante le comentó que se estaba sintiendo muy incómoda y que además seguía preocupada por su hija. Todo lo que sucedía le estaba pareciendo muy violento por lo que finalmente le terminó diciendo Iñigo: "Solo sí es sí. Parece mentira que me esté pasando esto contigo".

La denunciante le preguntó que si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha, a lo que el denunciado le contestó dándole las gracias y diciéndole que eso le iba a servir para futuros encuentros, extremo que provocó en la declarante sorpresa, repulsión y decepción.

PREGUNTADA A LA DECLARANTE si se siente víctima de un delito sexual RESPONDE que SÍ.

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