Publicidad

TRAS LA DIMISIÓN DE HUERTA

José Guirao promete su cargo ante el Rey como nuevo ministro de Cultura y Deportes y confiesa estar "nerviosísimo"

El nuevo ministro de Cultura, José Guirao, se inicia en el cargo con un viaje oficial a Estados Unidos junto a la Reina Letizia y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

El nuevo ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que sustituye al dimitido Màxim Huerta, ha prometido su cargo ante el Rey en una breve ceremonia sin símbolos religiosos celebrada en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, en presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Tras leer el jefe de Protocolo de la Casa del Rey, Alfredo Martínez, el real decreto de nombramiento firmado anoche por Felipe VI, Guirao ha formulado su promesa con la mano derecha sobre el ejemplar de la Constitución que presidía el Salón de Audiencias para este acto solemne, en el que la ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha ejercido como notaria mayor del Reino.

"Prometo cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de ministro de Cultura y Deporte con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros", ha sido la fórmula leída por el nuevo miembro del Gabinete.

El titular de Cultura, que ha confesado más tarde al Rey que se encontraba "nerviosísimo", se ha atenido así a la literalidad del texto dispuesto para la promesa junto a la Carta Magna y no ha utilizado la expresión "Consejo de Ministras y Ministros" que inauguró hace una semana la vicepresidenta Carmen Calvo y a la que se sumaron los demás ministros salvo José Borrell, José Luis Ábalos y Nadia Calviño.

Una vez cumplidas todas las exigencias del protocolo y mientras los medios informativos abandonaban el salón, Guirao, ya más relajado, explicaba a don Felipe ante Sánchez que su elección como ministro había supuesto una "sorpresa total" para él y que, ante la ceremonia en la Zarzuela, donde llegó esta mañana con mucha antelación, lo que más le preocupaba era no equivocarse, "no meter la pata".

Al igual que hizo el propio Sánchez el pasado día 2 y los diecisiete integrantes de su primer Gabinete hace una semana, el nuevo ministro ha prescindido de la Biblia y el crucifijo en esta ceremonia, una opción que la Casa del Rey ofrece desde que comenzó el reinado de Felipe VI y que nadie había elegido antes que el actual líder socialista.

Publicidad