DIADA
El independentismo se desinfla en una Diada de Cataluña marcada por las intensas lluvias
La Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado la manifestación de esta tarde en 28.000 personas, la mitad que el año pasado y muy lejos de los casi dos millones de participantes en 2014, en la mayor marcha del Procés.

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Lejos quedaron esas cifras de 2014 que tocaban techo cuando la manifestación principal de la Diada catalana -convocada por ANC y Òmnium Cultural- superaba el millón y medio de participantes en Barcelona el 11 de septiembre. Este año, la Guardia Urbana ha cifrado la convocatoria de esta tarde en 28.000 asistentes, la mitad que en 2024, y menos de 50.000 personas si tenemos en cuenta el conjunto de las tres marchas en Girona, Tortosa y Barcelona.
El independentismo catalán afronta esta Diada en una situación contradictoria: pese a su visible retroceso, tanto en apoyo electoral como en peso social, continúa siendo determinante para la estabilidad política en España, y el Gobierno de Pedro Sánchez se ha mostrado dispuesto a hacer concesiones a Cataluña con tal de mantenerse en el poder.
Una estrategia en la que cuenta con el respaldo del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien, en su discurso institucional por el 11 de septiembre, ha reivindicado la existencia de una "nación catalana" y se ha comprometido a reforzar el autogobierno.
Una de estas concesiones se vivía esta misma mañana en el Congreso de los Diputados, ya que por deferencia al independentismo y por primera vez la Junta de Portavoces, con iniciativa socialista, ha decidido que no se celebrara hoy la sesión plenaria por la imposibilidad de asistir los diputados catalanes. Esta medida ha sido criticada por algunos partidos de la oposición (PP y Vox), que la ven como un precedente inusual, pues, según ellos, nunca antes se había suspendido un Pleno por una festividad autonómica.
Las lluvias, protagonistas de La Diada
No ha sido lo único que ha marcado esta señalada fecha: las intensas lluvias han sido las grandes protagonistas y han obligado a cancelar y a modificar algunos actos del 11-S a lo largo de la mañana. La manifestación convocada por ANC y Òmnium Cultural se ha mantenido en vilo hasta el último minuto, aunque finalmente se ha podido celebrar este recorrido que une Pla de Palau hasta el inicio de La Rambla.
La Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, el AMI, el Consejo de la República, la Intersindical y el CIEMEN han llamado a la ciudadanía a participar en la manifestación tomando las medidas necesarias en caso de lluvia intensa. Entre los participantes en la marcha, han sido varios los campesinos que se han trasladado hasta la capital catalana con tractores entre las agrupaciones de manifestantes.
Las caras del 11-S
La manifestación de la Diada ha girado este año en torno a la defensa del catalán después de que Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anulara varios artículos del Decreto 91/2024, que regulaba el régimen lingüístico en la educación no universitaria de Cataluña y blindaba la inmersión lingüística. A ese argumento se ha agarrado el independentismo, sin mucho éxito.
Una convocatoria marcada de nuevo por la ausencia de Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana, que por motivos de agenda -según ha comunicado su partido-, no ha podido asistir a la misma, en un contexto en el que el público independentista es más crítico que nunca con el partido tras los acuerdos alcanzados. En su lugar Elisenda Alemany -la número dos- ha sido quien ha representado a ERC en esta convocatoria y ha urgido a actuar para que el catalán "siga siendo la lengua mayoritaria".
El presidente del Parlament, Josep Rull, dirigente de la órbita neoconvergente, también ha pedido actuar con “firmeza y determinación” para proteger el catalán, al considerar que “está en peligro” y que la reciente sentencia del TSJC “agrava aún más la situación”. En la misma línea, el fugado Carles Puigdemont, a través de un mensaje enviado desde Waterloo, ha afirmado que “Cataluña necesita un Estado propio que la proteja, y no uno que la ataque”. Por su parte, Josep Rius, vicepresidente de Junts, ha acusado al PSC de no cumplir sus pactos, alegando que “la falsa normalidad que pregona Illa no es así”, y ha hecho referencia a que su líder, Puigdemont, no puede acompañarlos: “hay más motivos que nunca para manifestarse”, ha sentenciado.
La marcha ha arrancado como es habitual a las 17:14 horas y ha tenido como lema "Más motivos que nunca", aunque el emblema no ha parecido cumplir con lo prometido. Ya cinco días antes de la Diada, el independentismo - en boca de Lluís Llach, presidente de la ANC- admitía que alcanzaba el 11 de septiembre en su momento de "máxima depresión". El dirigente anticipaba entonces el duro diagnóstico, hoy ya confirmado. De hecho, algunos de los manifestantes han reconocido que “los ánimos están más bajos que nunca” en el independentismo catalán. A pesar del creciente desencanto con los partidos, las entidades organizadoras no pierden el ánimo y confían en que el independentismo volverá a movilizarse masivamente en las calles, recordando aquel ya lejano y glorioso 2014, cuando las convocatorias abarrotaban las calles de la ciudad condal.
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