Amenazas globales
Human Rights Watch muestra su preocupación por "la política de devoluciones en caliente en España"
La organización asegura que la situación actual en Ucrania se podría haber evitado si se hubieran tomado medidas en 2014. También alerta contra la represión vivida en los últimos meses en Irán.
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La política de “devoluciones en caliente” de España contribuyó a provocar muertes de inmigrantes en 2022, según el informe anual de HRW. Al menos 23 inmigrantes fallecieron en la frontera de Melilla en junio. “Estamos preocupados sobre cómo manejó España el asunto y lo que pueda ocurrir en el futuro”, asegura Hugh Williamson, director ejecutivo para Europa y Asia Central de HRW. “Es importante que España no devuelva en caliente a personas hacia Marruecos a no ser que haya analizado de manera rigurosa sus solicitudes de asilo”, insiste.
El informe destaca que “las imágenes del suceso muestran a la policía marroquí golpeando a personas que escalan la valla y a la policía española utilizando gases lacrimógenos y colaborando con sus colegas marroquíes para enviar a la gente de vuelta a través de la frontera”.
También avisan de la amenaza que el poder de los gobiernos autoritarios supone para los derechos humanos. Cuando está a punto de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, el informe de Human Rights Watch (HRW) hace hincapié en la masacre de Bucha, el bombardeo sobre un teatro repleto de refugiados en Mariúpol y otros ataques deliberados contra civiles perpetrados por los militares del presidente ruso, Vladimir Putin.
La organización sostiene que deberían haberse tomado medidas en 2014, al inicio del conflicto en el este de Ucrania, y en 2015 con la intervención rusa en Siria. “La invasión de Putin no es algo que haya surgido de la nada. La guerra en Ucrania empezó hace ocho años", asegura Tirana Hassan, directora ejecutiva interina de HRW.
Human Rights Watch también destaca la “ brutal represión” en Irán contra las manifestaciones que se multiplicaron tras la muerte de la joven Mahsa Amini, fallecida en septiembre después de ser detenida por la policía de la moral. Para los manifestantes que tomaron las calles a pesar de los enormes riesgos que corrían, la muerte injusta de Mahsa no fue un evento aislado. Su muerte fue el último ejemplo de la violencia sistemática de la policía iraní contra las mujeres, señala Tara Sepheri, investigadora de HRW para Irán.
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