Íñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijóo

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Coronavirus

¿Habrá elecciones en julio en el País Vasco y Galicia tras aplazarlas por el coronavirus?

El presidente del Gobierno vasco, Íñigo Urkullu y el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, se reúnen con los partidos políticos de sus comunidades para intentar convencerles de que lo mejor es hacer las elecciones -aplazadas por el coronavirus- en el mes de julio.

El presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, se reúne con los partidos políticos para abordar la convocatoria electoral, después del acuerdo de todas las fuerzas para cancelar los comicios del 5 de abril debido a la crisis sanitaria por el coronavirus. Tratará de contar el con el aval político, ya que por decreto que dio pie a suspender el proceso activado para el 5A tiene la obligación de oír a las principales fuerzas políticas antes de volver a convocar las elecciones, pero suya es la última palabra. Por el momento, la oposición rechaza este horizonte. Los informes de los expertos sobre los que se ha apoyado el mandatario autonómico para decantarse por la celebración de elecciones cuanto antes apuntan que, tras el mes de julio, puede haber rebrotes de contagios, derivados, entre otras cuestiones, por la movilidad y la llegada de visitantes de fuera de Galicia. Por eso, y aunque no aciertan a asegurar la situación epidemiológica para el mes de julio, sitúan en la primera quincena de ese mes como el momento idóneo para acudir a las urnas. En todo caso, piden medidas de seguridad que garanticen tanto la campaña electoral y el propio día de las elecciones.

¿Y en el País Vasco?

El encuentro ha sido convocado en la misma jornada en la que el lehendakari, Íñigo Urkullu, ha convocado a los partidos en Euskadi. Las elecciones deben convocarse con 54 días de antelación a la jornada de votaciones, por lo que si no convocan la próxima semana la fecha del 12 de julio, fecha barajada, ya no sería una opción. La propuesta de celebrar las elecciones en julio partió del lehendakari, que es el único competente para convocar los comicios, pero que en la reunión en la que se acordó aplazar los previstos para el 5 de abril se comprometió a discutir previamente la fecha con el resto de los partidos. El PNV insistió en la necesidad de hacer los comicios en julio para tener un Gobierno y un Parlamento plenamente operativos en otoño para hacer frente a la crisis económica y también argumentó razones sanitarias para preferir julio al otoño. Sus socios socialistas también ven conveniente tener un Parlamento a plenas funciones pero evitan decantarse claramente por julio y apelan a la necesidad de tener completas garantías sanitarias para hacer las elecciones. Sin embargo, los tres partidos de la oposición (EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP) rechazan la propuesta frontalmente y defienden dejarlas para otoño, una vez superada la pandemia de coronavirus y alcanzada la "nueva normalidad". Incluso acusan al lehendakari y al PNV de actuar de forma electoralista al tomar decisiones como el retorno de los funcionarios a sus puestos o la vuelta a las clases presenciales el 18 de mayo, que ahora se deja a decisión de cada centro, con el fin de facilitar los comicios en julio.

Estas críticas, también de los sindicatos, que abuchearon al lehendakari en el hospital de Cruces, han aumentado con el pase de los tres territorios a la fase 1 de la desescalada, pero con restricciones añadidas, como no poder salir del municipio o la prohibición de reuniones familiares en los domicilios. Pese a los problemas que le está suponiendo la "cogobernanza" de la desescalada, el PNV ha insistido en la conveniencia de hacer los comicios en julio, aunque han matizado que el lehendakari está abierto a otras fechas y que deben darse las condiciones sanitarias adecuadas. Las elecciones vascas fueron convocadas por el lehendakari para el 5 de abril, pero se tuvieron que suspender el 16 de marzo, apenas cuatro días antes del inicio de la campaña, por la pandemia de coronavirus.