Energía

Estos son los dos cambios que España deberá aplicar tras la decisión de la Unión Europea en materia energética

España valora sus opciones en materia energética, pero habrá de modificar algunas cosas en cuanto la Unión Europea comunique sus propuestas. Estos son los dos principales cambios que habrá.

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La Unión Europea también tiene declarada su propia guerra a Rusia, más concretamente al gas ruso. La intención de la Unión Europea de dejar de lado todas las reservas gasísticas de Rusia implica que habrá que hacer muchos sacrificios en Europa para tener toda la energía de la que se disponía hasta ahora. En el continente, la prioridad es relanzar las fuentes de energía renovables, pero la propia UE ya reconoce que no representarán el 45% hasta el año 2030.

Una de las principales diferencias que hay entre la Unión Europea y España está en que el bloque comunitario pretende recortar los beneficios de las eléctricas, mientras el Gobierno de Pedro Sánchez pretende ir directamente a recortar dinero en base a los ingresos que obtengan. Es una diferencia sustancial que pone de manifiesto las intenciones de unos y de otros países respecto a este tema, y que es un auténtico quebradero de cabeza para las instituciones europeas, incapaces de lograr un acuerdo unánime.

Por si fuera poco, España deberá ajustar determinados puntos en base a la regulación que acuerde finalmente la Unión Europea. El propio Gobierno de España ya ha dicho que su proyecto para incluir un nuevo gravamen a las empresas eléctricas dependerá de la decisión final de bloque comunitario, que, salvo imprevisto, se decidirá esta misma semana. Por ello, hay dos cambios importantes que habrá de hacer España, los cuales detallamos a continuación.

¿Gravamen desmesurado o impuesto necesario?

Si finalmente se aprueba el proyecto que tiene en mente la Unión Europea, el Gobierno de coalición de PSOE y Podemos tendrá que renunciar a aplicar el gravamen en los ingresos de las eléctricas. El primer cambio que se deberá realizar es aplicar ese gravamen a los beneficios de las eléctricas, que es precisamente lo que propone la Unión Europea, y que el Gobierno no tenía en mente hacer, pero deberá cumplirlo obligatoriamente si sale adelante.

El segundo cambio será el destino de la recaudación que se obtenga de las empresas eléctricas. Si el Gobierno aplicara el gravamen tal y como lo tiene pensado, los beneficios irían directamente destinados al Estado, pero la medida que quiere implantar la Unión Europea va precisamente destinada a que ese dinero recaudado sirva para abaratar la factura de los consumidores, que sigue en máximos históricos no solo en España, sino en toda Europa.

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