Elecciones Galicia
Las elecciones gallegas se juegan en las zonas rurales
El voto de las regiones con menor densidad de población no deja de ser esencial para configurar el nuevo parlamento de la comunidad.
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La jornada electoral del 18F transcurre con normalidad en Galicia, sobre todo en los colegios electorales que cuentan con un menor censo de votantes. Esa es la norma en los miles de pequeñas aldeas y barrios rurales que hoy reabren sus colegios y centros de votación.
Hasta ellos se desplazan vecinos como Manuel, que llega a su centro en bicicleta para ejercer su derecho a voto. Sus palabras son claras: "Hay que votar". Y eso es lo que están haciendo sus cerca de 600 vecinos que, a lo largo de la jornada, se acercarán hasta el colegio de Castelo de Arriba (Lugo).
En su puerta encontramos a otro grupo de vecinos, reunidos tras echar sus papeletas en la urna: "Somos muchos mayores, porque ahora no hay jóvenes, pero hay que ir tirando unos de otros", reconoce uno de ellos, animando a la población mayor a participar.
Las localidades rurales, determinantes en las elecciones gallegas
Y es que las localidades rurales son determinantes en estas elecciones: 257 de los más de trescientos municipios gallegos tienen menos de 10.000 habitantes, una muestra del elevado grado de dispersión existente en la comunidad. Es por ello por lo que una gran cantidad de las mesas constituidas hoy abren: para atender a un número de electores cuyos derechos deben estar siempre garantizados.
Solo en la provincia de Lugo están llamados a las urnas unos 337.000 lucenses: es la segunda provincia con menos electores, por lo que la participación en muchas mesas avanza a cuentagotas.
La mayoría de lucenses acude a votar con ganas: "Vengo a votar por conciencia ciudadana", reconoce una joven. Muchos son personas mayores, que asisten acompañados de hijos y familiares; también de nietos, en algunos casos, que votan por primera vez en estos comicios.
Al otro lado de la mesa, los vocales y la presidencia ponen en valor el compromiso y la responsabilidad de su trabajo: “Hay que colaborar y hoy toca arrimar el hombro”. En definitiva, una jornada electoral en la que todo está a punto para que cada uno de los más de dos millones de electores gallegos puedan ejercer sus derechos, también en las zonas rurales.
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