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Gobierno-oposición

División y bronca el Congreso entre invitaciones a cafés y acusaciones de golpe de Estado

Ambiente tenso y acusaciones mutuas de rechazar el consenso para salir de la crisis ocasionada por el coronavirus en el pleno del Congreso. Todo ello en medio de voces e interrupciones que han hecho más bronco el debate.

El Gobierno y la oposición se han echado en cara en el Congreso el alto nivel de crispación y división políticas en la crisis del coronavirus, y ha habido también cruce de reproches entre el ejecutivo y el PP por la gestión de las residencias de ancianos, de donde proceden la mayoría de fallecidos.

Veneno y bronca

La batalla por repartir las culpas ha comenzado ya con el cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado. El presidente del Gobierno ha acusado a Casado de utilizar la pandemia para intentar "descabalgar" al ejecutivo, y el líder del PP ha dicho que son Sánchez y sus socios los que esparcen el "veneno" de la confrontación. "Qué camino van a tomar señor Casado, el de la bronca o el de la unidad", le ha preguntado Sánchez al líder del PP, al que ha vuelto a reclamar que se sume a los consensos necesarios para la reconstrucción social y económica. Pero Casado ha insistido en que ha sido Sánchez quien ha rechazado todas sus propuestas de pactos.

Entre cafés y golpes de Estado

Este no ha sido el único cara a cara tenso de la sesión de control, en la que también ha habido duros reproches entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la portavoz de los populares, Cayetana Álvarez de Toledo, y entre el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Calvo ha invitado a Álvarez de Toledo a un café para tener un "debate productivo e interesante" sobre la verdad y el compromiso que tiene el Gobierno con ella, después de que la portavoz popular acusase al Gobierno de extender el "bulo" de que el PP "apoya un golpe de Estado", para "camuflar su responsabilidad en la muerte de miles de españoles". Y en su respuesta a García Egea, Iglesias ha considerado una "indecencia" que los populares negasen la existencia de la orden de la Comunidad de Madrid para que no se atendiera a ancianos de residencias en los hospitales. El vicepresidente segundo también ha propuesto un café a García Egea, quien ha llamado a Iglesias "monaguillo de Sánchez" y le ha espetado que "tras haber conseguido el sillón ya no le duele el sufrimiento de la gente".

Entre tanto cruce de acusaciones, el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha pedido a Sánchez que "aparque" las batallas ideológicas dentro de su ejecutivo, "desmandado" con sus ataques a la oposición y algunas comunidades. Sánchez le ha respondido con la promesa de que hará "todo lo posible y más" para conseguir ese clima de entendimiento, una voluntad de la que Ciudadanos -partido con el que lleva ya varios pactos- ha sido "testigo".

8M

La bronca ha vuelto en otras ocasiones, como cuando la ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha enfrentado a la diputada del PP Margarita Prohens por acusar al Gobierno de animar a miles de mujeres a participar en las manifestaciones del 8 de marzo "cuando conocía el alto riesgo de contagio que ello suponía". "Vigilen, que están muy ocupados con el 8M, a la señora (Isabel Díaz) Ayuso que ha prohibido trasladar a los ancianos a los hospitales", ha recomendado la ministra a los populares.

Vox contra Marlaska

No menos bronco ha sido el enfrentamiento entre el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la diputada de Vox Macarena Olona. Grande-Marlaska ha retado a Olona a que hable de su pasado, como esta ha amenazado, porque él es hoy el mismo que hace 20 años combatía a ETA. "Me he librado hace mucho de la mirada de la dictadura ajena, pero también de los silencios", le ha espetado el titular de Interior a la parlamentaria de Vox cuando en la sesión de control al Gobierno del Congreso Olona le ha instado a que diga cómo hace 20 años en Bilbao "tuvieron que recordarle que la lucha contra ETA no es compatible con la cobardía". Todo en una sesión de control en la que también, aunque en menor medida, se ha hablado de economía.

Pedro Sánchez se ha comprometido ante la portavoz de Bildu, Mertxe Azipurua, a que la salida de esta crisis será justa y en positivo, pero ha advertido de que habrá que atajar en el futuro un déficit elevado del entorno del 10 por ciento del producto interior bruto (PIB). "Se tendrá que atajar en el futuro (el déficit). Primero espoleando el crecimiento económico y luego con una reforma fiscal justa", ha recalcado Sánchez.