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El Congreso se despide en mitad de la crisis y con una lista de temas pendientes

El Congreso se despide con el impuesto de patrimonio y sin haber aprobado unos presupuestos para el año que viene. Siempre que se convocan elecciones, el país está, como mínimo, tres meses con un gobierno en funciones y con el parlamento cerrado. Pero no siempre las elecciones coinciden con una crisis económica como la del momento.

La novena legislatura de la democracia termina con unas circunstancias nada favorables. La crítica ha sido casi unánime en el Congreso de los diputados, la recuperación del impuesto de patrimonio es una medida electoralista e inútil. Ni siquiera le gusta al Gobierno que insiste en que es provisional, pero sólo ha habido dos votos en contra de Coalición Canaria.

Así se ha cerrado la novena legislatura, sin que el Gobierno haya presentado una prórroga de los presupuestos.

La pregunta es si este hecho añade incertidumbre en una muy difícil coyuntura económica. Es decir, la hasta ahora ministra de la cartera de Economía, Elena Salgado, se va y pasa la patata caliente al próximo equipo económico.

Decisiones como el sueldo de los funcionarios, las pensiones, las directrices para que comunidades y ayuntamientos elaboren sus propias cuentas quedan en el aire, según denuncia el PP.

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