Niñas desaparecidas Tenerife

¿Cómo se rastrea el fondo del mar con un sonar?

El buque oceanográfico Ángeles Alvariño, dotado con un sonar de barrido lateral, ha comenzado las labores de búsqueda de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife hace más de un mes.

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Las labores de búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife el pasado 27 de abril, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, cuentan desde el domingo con la ayuda del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, embarcación dotada con un sonar de barrido lateral y un robot submarino con los que se tratará de hallar el paradero de las pequeñas y su padre, Tomás Gimeno.

La zona que rastreará embarcación, cedida por el Ejército a la Guardia Civil, está determinada por la geolocalización del móvil de Tomás Gimeno, obtenida a través de un duplicado de la tarjeta realizado 24 horas después de que la madre de las pequeñas, Beatriz Zimmermann, denunciase su desaparición.

Funcionamiento del sonar

Ese rastreo se llevará a cabo a través del sonar del buque, que utiliza impulsos sonoros bajo el agua para detectar objetos sumergidos. El aparato obtiene una imagen del suelo y es capaz de detectar los objetos que no tengan que ver con el fondo marino. Cuando identifica algo que no corresponde con la orografía marina, emite una señal para que los investigadores comprueben si se trata de algún objeto interesante para el caso.

"El sonar envía impulsos de sonido para localizar objetos. El sonido viaja en ondas, no en líneas rectas, y estas ondas se expanden en conos, haciéndose cada vez más amplias", explican desde el portal Deepersonar.com. "La mayoría de los sonares pueden controlar el rango del cono de onda de sonido cambiando la frecuencia de exploración".

De esta forma, cuando el sonar haya detectado algún objeto que merezca la pena, el Liropus, el robot submarino con el que cuenta el buque, lo recogerá.

El robot submarino no tripulado es capaz de trabajar hasta 3.000 metros de profundidad, pero está adaptado para operar a 2.000 metros (la profundidad de la zona de búsqueda es de unos 1.000 metros).

Permite la investigación de los grandes fondos marinos por medios no invasivos, sin dañar el hábitat. Cuenta con seis motores e incorpora seis tipos de cámaras, instrumentos de medición y toma de muestras. El precio de la máquina roza los 1,5 millones de euros.