El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont ha señalado que, si pudiera volver atrás, no suspendería la declaración de independencia como hizo el 10 de octubre tras supuestas "sugerencias" del Gobierno en este sentido para dejar abierta una puerta al diálogo, pues "era una trampa".
"Hay una cosa que haría diferente. El 10 de octubre teníamos previsto proclamar la independencia, pero yo decidí suspender sus efectos para dejar abierta una puerta al diálogo con el Gobierno español. Era lo que se me había sugerido desde Madrid", sostuvo en una entrevista al diario suizo 'La Tribune de Genève' con motivo de su estancia en Ginebra para participar en una serie de actos públicos.
Según Puigdemont, "fuentes directas del Gobierno español, sus mediadores y otros" le habían pedido que actuara así, por lo que él, según asegura, "eligió dar una oportunidad al diálogo". "Lamentablemente era una trampa, ya que no hubo ninguna reacción positiva por parte del Gobierno. Si pudiera volver atrás no suspendería la proclamación de la independencia", indicó.
Tanto Puigdemont como los exconsejeros que se fugaron con él en octubre de 2017 a Bélgica están acusados en España de los presuntos delitos de rebelión, sedición, malversación, prevaricación y desobediencia. Puigdemont aseguró que respondería favorablemente a cualquier propuesta de diálogo dirigida a crear un espacio de discusión, porque, afirma, el conflicto "solo puede resolverse de esta manera y no con penas de 25 ó 30 años de prisión".
En otra entrevista concedida al diario 'Le Temps', Puigdemont reitera que "sigue siendo el presidente" de Cataluña, y confirma que se reunirá durante su estancia en Ginebra con la exdiputada de la CUP Anna Gabriel, quien huyó recientemente de la Justicia española a la ciudad de Calvino.