Alberto II de Mónaco viaja a Cantabria para visitar unas excavaciones y descubre que recibirán el nombre de su tatarabuelo

Tras su visita al rey Felipe VI en la Zarzuela, donde ambos disfrutaron de un almuerzo, el príncipe de Mónaco, Alberto II, ha viajado esta mañana hasta Cantabria para reunirse junto al presidente Miguel Ángel Revilla.

Ambos se reencontraban, después de doce años, en las cuevas del Monte Castillo nuevamente. En su primera visita recibía, en nombre de su tatarabuelo, Alberto I, el agradecimiento de Cantabria por el mecenazgo de las excavaciones en Monte Castillo, donde su tatarabuelo participó.

Esta vez vuelve para visitar las instalaciones, todavía en construcción, del futuro Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo (Cantabria). Allí conocerá el proyecto cultural que el Gobierno regional está llevando acabo. "Amigos y amigas, estoy muy feliz de estar aquí", afirmaba el príncipe.

Esta cueva tiene un importante componente sentimental para el príncipe monegasco. Su tatarabuelo, Alberto I, sufragó y participó en la excavación de la cueva. Además, esta visita del soberano se enmarca en la conmemoración del primer centenario del fallecimiento de su tatarabuelo (1848-1922).

Con motivo de la consideración que Alberto I tenía con la comunidad autónoma, incluso mucho antes de que esta lo fuera –pues en el monarca ya nombraba en el título de uno de sus libros a Cantabria, cuando todavía era la provincia de Santander– Revilla ha anunciado que el centro recibirá el nombre de Alberto I.

Además, Alberto de Mónaco ha recibido, de manos del alcalde de Puente Viesgo, el bastón de mando municipal en reconocimiento a la vinculación de su familia con la localidad y su labor de mecenazgo.

La inauguración del centro rupestre se llevará a cabo el año que viene. Un evento en el que el príncipe ya ha anunciado que no se perderá su cita.

El recuerdo de la primera vez

Hasta Puente Viesgo también se han acercado varios vecinos de la zona, pues no siempre tienes a un príncipe al lado de tu puerta.

Estela es una de estas vecinas curiosas que se ha acercado a ver la visita de Alberto II. Además, junto a ella llevaba una fotografía que se sacó en el 2010, cuando el príncipe monegasco acudió por primera vez a Cantabria.

La curiosidad parece haber matado al gato, pues ha conseguido que el príncipe le firmase la fotografía: "Me hace mucha más ilusión esta firma que la de un futbolista", confesaba Estela.

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