Elecciones generales
20D, diez años del terremoto electoral que transformó la política española
La política española deja atrás el bipartidismo y llega la era de la fragmentación, con acuerdos y gobiernos de coalición nunca vistos hasta ahora.

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Han pasado diez años desde que la política española cambiara radicalmente, tal y como la conocíamos. Una década marcada por giros inesperados, investiduras imposibles, mociones históricas, gobiernos en minoría y un sistema parlamentario que, desde 2015 no ha vuelto a ser el que era.
El bipartidismo resiste, pero está irreconocible; los nuevos partidos aparecen, se diluyen o se reinventan; y los viejos protagonistas aprenden que, en la España del siglo XXI, gobernar ya no es cuestión de mayorías amplias, sino de geometrías variables.
Diez años después, seguimos viviendo en el eco de aquella noche del 20 de diciembre de 2015, cuando la democracia española entra en una nueva era: la era de la fragmentación.
La noche del 20 de diciembre de 2015 estalla como un punto de inflexión: el PP gana, pero con la victoria más débil de su historia reciente; el PSOE resiste, aunque cae; Podemos irrumpe con fuerza y Ciudadanos se consolida como actor decisivo. Por primera vez, cuatro grandes partidos superan los 40 escaños y España no puede acostarse sabiendo quién será presidente.
Se produce un escenario inédito: el ganador no está en condiciones de gobernar y un pacto entre terceros puede impedir que el partido más votado llegue a La Moncloa. El bipartidismo, oficialmente, entra en cuidados intensivos.
Rajoy y la investidura imposible: un rompecabezas sin piezas que encajan
Tras su victoria insuficiente, Mariano Rajoy intenta formar gobierno, pero se encuentra con un bloqueo total: ningún gran partido está dispuesto a respaldarlo y el PP llega muy debilitado tras perder 63 escaños respecto a 2011. Rajoy pide diálogo, estabilidad y apoyos, pero solo obtiene negativas, vetos cruzados y la certeza de que por primera vez en democracia el partido ganador no puede abrir paso a su investidura. El presidente en funciones queda atrapado en un laberinto politizado donde ninguna combinación ofrece salida.
La moción que lo cambia todo: Rajoy cae en 2018
La fragmentación política iniciada en 2015 desemboca, tres años después, en un hecho histórico: la primera moción de censura ganada desde la reinstauración de la democracia. Pedro Sánchez reúne una mayoría alternativa, imposible en tiempos de bipartidismo, apoyándose en partidos nacionalistas, independentistas y en Podemos. La geometría variable da su primer gran golpe y Rajoy cae, abriendo una nueva etapa en la que la gobernabilidad se vuelve un ejercicio constante de equilibrismo parlamentario.
Sánchez y la dificultad de sumar mayorías
La llegada de Pedro Sánchez al poder inaugura un periodo en el que formar gobierno se convierte en una tarea quirúrgica: pactos complejos, negociaciones interminables y coaliciones inéditas marcan un camino sin precedentes. Desde el “no es no” a Rajoy hasta su pacto con Ciudadanos en 2016, pasando más tarde por el histórico acuerdo con Podemos y la dependencia de apoyos nacionalistas e independentistas, Sánchez encarna la nueva política española: inestable, plural, tensa y negociada hasta el último voto.
Diez años después: el tablero más fragmentado de la historia democrática
En 2025, el Parlamento español sigue siendo un mosaico de fuerzas que obliga a pactos imprevisibles: Podemos pierde fuerza, pero mantiene presencia, Sumar intenta ocupar el espacio del antiguo partido morado, Vox consolida su peso como fuerza decisiva en la derecha, el PSOE y el PP continúan incapaces de gobernar en solitario y los partidos nacionalistas e independentistas se convierten en árbitros recurrentes de las mayorías.
España vive en una democracia multilateral, donde cada ley, cada presupuesto y cada investidura son un pulso estratégico. Nada es estable, nada es simple… y todo empieza aquella noche de diciembre de 2015.
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