100.010333

Publicidad

Elecciones vascas 2020

Pedro Sánchez y Pablo Casado siguen centrando sus mensajes de campaña electoral en reproches en clave nacional

Segundo día de campaña de los líderes nacionales ante las elecciones gallegas y vascas y los mensajes de Pedro Sánchez y Pablo Casado siguen sobrepasando el ámbito autonónico y se centran en la batalla de la politica nacional.

La caravana electoral del PSOE y el Partido Popular con sus líderes nacionales se ha trasladado este domingo a País Vasco tras haber pasado el sábado en Galicia, cuando ambos partidos aprovecharon para intercambiar reproches sobre la gestión de la pandemia de coronavirus, que ya se ha cobrado la vida de al menos 28.341 personas. En esta ocasión, los mensajes no han sido muy diferentes, centrando ambos sus discursos en clave nacional en lugar de autonómica.

Para Pedro Sánchez el PP ha utilizado la crisis del coronavirus para tratar de echar al Gobierno: "Dado que la hoja de ruta contra el Gobierno de España de la derecha ha fracasado, pido a lo mismo que pide la mayoría de España, unidad, unidad y unidad".

A continuación de estas palabras ha acusado la oposición de solo saber conjugar tres verbos: imponer, recortar y bloquear.

En cuanto a la negociación de fondos en Bruselas, ha pedido a los populares "al menos que no estorben"

Mientras, en la Rioja alavesa, Pablo Casado parecía responder a Sánchez: "Lo que pedimos es que ese fondo de reconstrucción tan importante para el coronavirus no reste fondos a la Política Agraria Común o a los fondos de Garantía Juvenil".

Más tarde, por primera vez, el líder del PP ha pedido explicaciones sobre las vinculaciones del vicepresidente del Gobierno con la Fiscalía General del Estado: "Sánchez tiene que explicar por qué la Fiscalía está defendiendo en un escándalo tremendo a Pablo Iglesias".

En busca de la mayoría absoluta

Así, los principales partidos nacionales se han centrado más en la política nacional que la clave electoral en una mañana en la que el lehendakari en funciones y candidato del PNV, Iñigo Urkullu, celebraba un nuevo mitín en busca de una difícil, según las encuestas, mayoría absoluta de los nacionalistas vascos.