Medio Ambiente
Plancton para combatir el cambio climático
Estas microalgas colaboran estrechamente con océanos en los intercambios de dióxido de carbono con la atmósfera. Los cocolitóforos son microorganismos que forman parte de la red trófica acuática.
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Los océanos han sido capaces de eliminar casi un tercio del dióxido de carbono que el ser humano ha ido liberando desde la Revolución industrial.
Estas masas de agua se han convertido no solo en las principales y más grandes drenadoras de CO2 generado por la actividad humana, sino también en un filtro de carbono fácilmente intercambiable con la atmosfera.
Es muy importante saber cómo océanos y atmósfera son capaces de llevar a cabo estos intercambios de carbono para poder descubrir cómo van a influir los futuros efectos del CO2 en el cambio climático, acidificación de océanos y la sociedad.
Una investigación del ICTA-UAB (Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona) junto con un equipo internacional, ha descubierto que este intercambio atmósfera-océano está adaptado por un grupo de plancton: los cocolitóforos, algas minúsculas, que son la base de la red trófica acuática.
Como trabajan estos cocolitóforos
Estos microorganismos que viven dentro de la capa oceánica, iluminados por el sol, forman placas de (mineral formado por carbonato cálcicos) representando alrededor del 90% de este material, un dato elevado, ya que esto significa que desempeñan un papel fundamental en el control de la química oceánica.
se disuelve cerca de la superficie, zona en la que el carbono se intercambia con mayor facilidad con la atmósfera y donde recibe un elevado flujo de luz solar.
William Gray, doctor e investigador del laboratorio de Ciencias del Clima y del Medio Ambiente de Francia explica la disolución de tanto CaCO cerca de la superficie del océano demuestra que el intercambio de carbono entre el océano y la atmósfera es mucho más complicado de lo que pensábamos. Hasta que no comprendamos mejor los procesos que impulsan esta disolución a poca profundidad, será difícil predecir cómo absorberá carbono el océano en el futuro».
El trabajo en el que han formado parte investigadores del ICTA-UAB : Michael Grelaud, Sven Pallacks y Griselda Anglada-Ortiz, ha usado datos recogidos durante una expedición que en 2017 se realizó en el Océano Pacífico Norte, desde Hawái hasta Alaska. Expedición que contó con el apoyo de un equipo científico internacional donde participaron investigadores de 5 países.
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