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en la nave de asados

'El Chicle' lloró al señalar dónde se encontraba el cuerpo de Diana Quer: "Permaneció en silencio, marcó el sitio y se retiró"

"Él permaneció en silencio, marcó el sitio y se retiró hacia atrás", estos fueron los pasos que siguió José Enrique Abuín al indicar el pozo en el que se encontraba el cuerpo de la joven madrileña. "Él solo quería quitarse ese peso que había estado con él un año y medio", relata el jefe de investigación de la UCO.

Al llegar a la nave de Asados, 'El Chicle' indica inmediatamente el pozo en el que se encontraba el cuerpo de Diana Quer. "Él permanece en silencio, marca el sitio y se retira hacia atrás", asegura Juan Jesús Reina, el jefe de investigación de la UCO.

"Se quitó un peso de encima, lloró al quitarse esa losa", cuenta el comandante, que confiesa que en aquel momento, los agentes que se encontraban allí tuvieron "una sensación rara". "Fue duro pero teníamos la satisfacción de poder devolver el cuerpo a esa familia y de que íbamos a sacar a una persona peligrosa de la calle", apunta Reina.

Tras un año y medio trabajando, sintieron que podían devolverles lo que tanto ansiaban. "Es una cosa de la que no nos gusta hablar porque hay una familia a la que tenemos que respetar", reconoce el jefe de investigación de la UCO.

Así fue la investigación de la desaparición de Diana Quer

Diana Quer era mayor de edad pero la Guardia Civil consideró su desaparición de alto riesgo. El comandante Juan Jesús Reina, jefe de investigación de la UCO, cuenta que "los primeros agentes que tuvieron conocimiento del caso, tuvieron esa intuición que les decía que la desaparición no era algo voluntario o que algo había pasado que requería poner en marcha una investigación en profundidad".

En esas primeras horas de desaparición se organizaron batidas, la Guardia Civil buscó su rastro a pie, en lanchas y helicópteros. A ellos se unió la Infantería de Marina, Protección Civil y vecinos. Los perros especializados tampoco eran capaces de detectar nada que hiciera pensar que Diana Quer había sufrido un accidente.

Se revisaron las cámaras de seguridad de tráfico, de radares y las imágenes captadas por las cámaras de seguridad y de control situadas en el centro de A Pobra do Caramiñal. Juan Francisco Monzón, de la empresa de videovigilancia, asegura que "se enviaron 12.613 matrículas".

La señal de su teléfono móvil dejó un rastro por las antenas repetidoras de la zona antes de apagarse. En menos de 14 minutos, el móvil recorrió 17 kilómetros. "El teléfono de Diana nos describe una recorrido y nos da un patrón. Ese patrón, ha sido la piedra angular de nuestro trabajo", señala el comandante Reina.

Diana salió de A Pobra en coche y su última señal se detecta en un repetidor cerca del puente de la autovía de Taragoña, pero los investigadores no pueden decretar si la joven llega allí de forma voluntaria o forzada.

Saber casi todo de Diana parecía fácil, ella lo había contado en sus redes sociales. Repasando sus mensajes en la red, las posibilidades de que Diana hubiese huido no parecía una idea descabellada. Tampoco parecía descartable el secuestro ya que Diana mostraba un nivel de vida desahogado, vivía en una urbanización exclusiva de Madrid, entre coches de lujos y de travesías en el velero de su Padre.

La batalla de los padres por la custodia de la hija menor de edad irrumpe en plena investigación, pero la Guardia Civil no encuentra nada en el círculo más cercano a Diana que justifique su desaparición. "En pocos días nosotros teníamos descartado cualquier tipo de participación por parte de la familia", apunta el jefe de investigación de la UCO.