El último taller de estaño está en peligro de extinción

En 1967, el decorador Paco Muñoz fundó este taller de estaño con una misión: dar trabajo a los vecinos de Pedraza (Segovia). Gorete Pascual fue uno de los afortunados: "Empecé a trabajar a los 16 años". Desde entonces fue aprendiendo el oficio. "Me gustaba mucho hacer esto", apunta el artesano, y eso se nota. Las horas se le hacen muy cortas: "Te lías y no te das cuenta".

Antes de empezar la fundición del metal, preparan un molde de arena mediante un procedimiento "de toda la vida". Un molde de único uso. En el taller cuentan con cerca de 500 diseños que heredaron de Paco Muñoz y que han elaborado con los años en un oficio totalmente artesano. El estaño se introduce por los orificios del molde y, posteriormente, se estrella contra la arena húmeda para extraerlo. Soldar, limar y pulir son los siguientes pasos que permiten obtener bonitas piezas y con un reflejo especial.

Sin relevo generacional

En sus mejores días, llegaron a ser dieciséis en el taller. "Se ha ido yendo la gente poco a poco", comenta Gorete. Se jubilan sus dos compañeros y él se queda "colgado". Sin relevo generacional, ni aprendices, a este artesano no le importa quedarse en paro, lo que realmente le duele esla desaparición de esta actividad. "Un oficio que no debería desaparecer", indica. Aun así, Gorete tiene la esperanza de que alguien continúe con el taller. De esta manera, él se presentaría como voluntario para enseñar a los futuros propietarios.

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