Tapas
El tapeo también se resiente por culpa de la inflación
El tapeo, una de las costumbres más arraigadas de nuestro país, también sufre los perjudiciales efectos de la subida de precios.
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Elaborar tapas se ha convertido en un arte. Para comprobarlo acudimos a La Caníbal, un restaurante de Madrid donde elaboran la mejor tapa de la capital. "Vas a notar tres sabores cuando la pruebas: primero, el crujiente de craket, el dulzor del calçot y del queso de Idiazábal y los berberechos...", explica José Miguel Santamaría, chef de este local del castizo barrio de Lavapiés.
"Tenemos una croqueta de berenjena, de parmesano, tomate seco", relata Hadi, cocinera del Barbieri, otro legendario local, famoso también por su tortilla de patatas.
"¿Cuándo uno sale a comer, para ti, qué importancia tienen las tapas?", le preguntamos a Asunción, una clienta. "¡Muchísima... para mí es la tradición, es la cultura española... y el disfrutar!", señala pletórica. Hoy ha acudido con un amplio grupo de veinte amigos. "Una tapa, un vino, una cañita, pues es lo mejor", sentencia Álvaro.
El tapeo es una institución del tiempo libre de los españoles
Una de nuestras joyas gastronómicas es el tapeo, pero esta actividad tampoco se está librando de los efectos de la inflación. El alza de los precios alimenticios están afectando a este acompañamiento imprescindible. Precisamente, en el barrio de Lavapiés se celebran este fin de semana las jornadas mundiales de la Tapa.
Con respecto a la pasada edición, la croqueta -protagonista de estas jornadas- ha pasado a costar de un euro a un euro y medio la unidad. "Lleva lacón, lleva chorizo, queso Cebreiro, harina, leche... vamos, más o menos todos los productos que más han subido", recuerda José Miguel.
A los que habrían que sumar aceite de oliva, leche o patatas con incrementos cercanos al 25%.
La espectacular subida de muchos ingredientes ha influido en el precio de las tapas
"A pesar de que tenemos unos precios más altos en general de todo, y la gente tenga menor poder adquisitivo, la gente sigue saliendo por suerte", afirma Javier, propietario de La Caníbal.
"Siempre estamos en la búsqueda de nuevos proveedores, pero tratando de mantener siempre esa calidad. La calidad es un poco costosa", dice Ronald, gerente de La Boca del Lobo.
Para terminar un dato curioso: ¿saben cuántas croquetas se consumen al día en España? Nada menos que veinte millones, es decir, 7.000 millones de croquetas al año.
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