Falta de personal

¿Quién me sirve un culín? Faltan escanciadores en las sidrerías asturianas

Los hosteleros asturianos demandan que faltan unos 1.800 escanciadores. Además apuestan por que este trabajo sea reconocido dentro de la hostelería como una categoría laboral especializada.

Vaso de sidra

Vaso de sidraPexels

Publicidad

Forman parte del paisaje asturiano. La mano con la botella de sidra en lo más alto, el vaso abajo, ligeramente terciado y la mirada al frente. El chorro choca contra el borde, se oxigena, libera anhídrido carbónico y con ello todo el sabor de la sidra.

Faltan unos 1.800 escanciadores

Los hosteleros asturianos se quejan de que faltan escanciadores. Javier Fernández, responsable de sidrerías de Otea (Hostelería y Turismo de Asturias) asegura que: “La sidra es un reclamo turístico de primer orden en Asturias, tremendamente diferenciador. Tenemos que producir una buena imagen y dar un buen servicio y para eso para mantener la cultura sidrera asturiana hace falta personal cualificado que lo hago correctamente.” Los empresarios del sector calculan que faltan unos 1.800 escanciadores. Consideran que es un personal especializado, Fernández aboga por su reconocimiento laboral: “Esta categoría profesional no está reconocida.” Los hosteleros asturianos quieren que la profesión de escanciador se incluya en el convenio colectivo “Sería una clase profesional con una cotización por encima de la de los camareros porque tienen que ser camareros y escanciadores. Es un plus.”

Una botella de sidra se escancia en siete veces

Un escanciador con experiencia gana una media de un 20% más que un camarero normal. La escasez hace que estén muy cotizados. En la calle Gascona de Oviedo, conocida como el bulevar de la sidra, trabajan unos 700 escanciadores. Pedro Caramés es el presidente de la Asociación de hosteleros de Gascona nos habla de las características de este oficio: “El escanciador de sidra no tiene tiempos muertos como en el caso del sumiller de vino. Para servir una botella de sidra tiene que acudir a escanciar seis veces. Un escanciador puede atender bien a un grupo de unas diez personas, no puede hacerse cargo de mucha gente.”

No hay centros de formación

Cada vez es más difícil encontrar personal que quiera formarse en el arte del escanciado. Pedro Caramés se lamenta: “Desde la pandemia hemos notado un cambio de actitud en la gente a la hora de buscar trabajo. Ahora se valora más tener tiempo libre. No hay relevo generacional, gente joven que quiera hacerlo.”

Los hosteleros demandan centros de formación específicos. Escanciar no es difícil. Aseguran que en un mes se puede dominar perfectamente la técnica.

Publicidad