Bruno Broseta Dupré

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Coronavirus

Las pymes frente a la pandemia de coronavirus

La España de los informativos sigue centrada en el tacticismo de las exiguas mayorías parlamentarias, y en la pedagogía indispensable frente a la ceremonia de la confusión provocada por la batería de 17 tipos de medidas autonómicas a la carta, en ausencia de un liderazgo nacional claro contra la pandemia del coronavirus. Pero para la mayoría de nuestros compatriotas, lo esencial va por otro lado: el impacto de la pandemia en sus vidas, sus familias, y, muy especialmente, la situación económica.

Si bien el tercer trimestre de este año cerró con un alza histórica del Producto Interior Bruto (PIB) intertrimestral del 16,7%, evitando así el espectro de la recesión de los dos primeros trimestres, sigue siendo cierto que en términos interanuales -esto es, respecto del tercer trimestre de 2019- la producción de bienes y servicios sigue cayendo, a fecha de hoy, cerca de un 8,7%. Y esto a falta de conocer los datos del próximo trimestre, que anticipamos serán negativos. Por otro lado, España, como todos sabemos y certifica el INE , es país de PYMES: más del 99% de las empresas tienen menos de 250 empleados -de hecho, el 93% tiene menos de 10- y son las responsables de generar aproximadamente el 65% del empleo nacional. Del total de empresas, el 75% pertenecen al sector servicios, y el 13% a la industria.

Esta es la economía real de nuestro país, y su escenario macro a corto plazo. Y según el último Barómetro de Opinión de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), que cuenta con una muestra nacional de casi 1.300 empresas, el panorama no coincide con los parámetros del debate político, ni puede ser dulcificado por el espejismo del dato del PIB del tercer trimestre, especialmente teniendo en cuenta el devastador impacto de la segunda ola de la pandemia. La opinión de nuestros empresarios es demoledora. El 92,3% de las Pymes encuestadas aseguran que la situación económica es mala o muy mala, más del 86% perciben que ha afectado negativa o muy negativamente a su empresa, y casi el 66% afirma que sus expectativas para los próximos 12 meses son malas o muy malas. De hecho, estremece pensar que el 50% de las PYMES creen que está en riesgo su supervivencia. La recuperación no va a ser solo larga, sino también desigual por sectores, geografías y tipos de empresas.

"El 50% de las PYMES entrevistadas por CEPYMEV creen que está en riesgo la supervivencia de su empresa"

Esta es claramente una crisis de demanda; de hecho, solo el 6% de las empresas encuestadas por CEPYME mantienen que la reducción de su actividad se ha debido a la falta de suministros. La facturación ha descendido más de un 25% para el 64% de los encuestados, y más de la mitad para el 40% de las empresas. Y las razones fundamentales para estas reducciones de facturación son la falta de demanda, en un 74% de los casos, y el cierre o reducción de su actividad dictadas por las restricciones sanitarias para el 42% de las empresas.

En estas condiciones, y ante la imposibilidad de reducir los costes fijos a tan corto plazo, las empresas recurren a un conjunto de medidas centradas en mantener la actividad reduciendo los costes variables y reorganizando la producción. De hecho, el 32% declaran haberla reducido, el 37% haber recurrido al teletrabajo, el 32% haber reducido o redistribuido la jornada de trabajo, mientras que el 43% han recurrido a los ERTES, y menos del 20% han recurrido a los despidos. El segundo bloque de medidas adoptadas se centra en la gestión de la liquidez, y en particular las obligaciones de pago: en este capítulo, lo que más preocupa a nuestros empresarios son las nóminas de sus empleados y los impuestos -en ambos casos para el 62% de las empresas-, seguidos de los préstamos financieros (35%) y los proveedores (25%).

Teniendo en cuenta este contexto, la morosidad actúa como una espada de Damocles financiera que pende sobre la supervivencia de las PYMEs, porque al extenderse por la cadena de valor, genera en último término problemas de solvencia y el deterioro de los balances, aumentando la posibilidad de situaciones pre/concursales. Esta amenaza es real, como demuestra el hecho de que el 57% de las PYMES encuestadas por CEPYME estén sufriendo, o anticipen sufrir un, aumento de la morosidad por parte de sus clientes privados y, sorprendentemente, también un por parte de las Administraciones Públicas (36%). Esta situación es realmente grave si atendemos al hecho de que, para las empresas con problemas de morosidad, en un 71% de los casos esta supondrá hasta un 10% de su facturación anual.

Las políticas públicas de apoyo a las empresas que contribuyan a paliar estos problemas y reduzcan la incertidumbre en los negocios deberían jugar un papel fundamental en este entorno de crisis transitoria que se mantendrá, como mínimo, hasta el segundo semestre de 2021. En este sentido, las medidas valoradas más positivamente por nuestros empresarios son las líneas de avales ICO para la obtención de préstamos -que han solicitado casi un 50% de las empresas, los ERTES, el aplazamiento de impuestos a interés bonificado y la prestación por cese extraordinario de la actividad. Sin embargo, y desde un punto de vista de conjunto, un 65% de las empresas valora negativamente las medidas adoptadas por el Gobierno.

"Mantenimiento de la actividad, gestión de la liquidez, morosidad y políticas públicas de apoyo son las claves económicas para la supervivencia de las PYMES de nuestro país"

La percepción de nuestras PYMES sobre el entorno económico actual, y a corto plazo, parece ciertamente negativa. Y la realidad macroeconómica corrobora estas impresiones: el pasado mes de septiembre, el Banco de España anticipaba una caída del PIB interanual en 2020 para la economía española de entre el 10,5 y el 12,5%. Poniendo las cosas en perspectiva, estos escenarios serían equivalentes a la desaparición del PIB -y la renta- de toda la actividad económica de comunidades autónomas como la valenciana o la andaluza en todo el 2020. En un escenario en el que nuestro margen para la política fiscal se verá todavía si cabe más reducido a causa del aumento del desempleo, del déficit y la deuda pública, el Fondo de Recuperación Europeo jugará un papel fundamental en la recuperación y transformación de nuestra economía. Como hemos visto, una parte importante del futuro de nuestras empresas, y de nuestra economía, depende de ello.

Bruno Broseta Dupré. Profesor de Economía en la Universidad Europea de Valencia