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Pazo de Meirás

Uno de cada cinco pazos gallegos está a la venta

Los Franco sigue peleando por el Pazo de Meirás porque consideran que no se cumplió con los requisitos para quitárselo a la familia. Muchos propietarios de pazos gallegos están deseando, sin embargo, quitárselos de encima por los costes que supone su mantenimiento.

"Los pazos son, junto con los hórreos y los cruceiros, la joya de la corona de la arquitectura gallega, hay auténticas maravillas en las 4 provincias". Benito Iglesias es el Presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), y asegura que el incremento de pazos a la venta en el último año es muy considerable.

Se calcula que en Galicia hay unos 900 pazos. "La mayoría de estos edificios se utilizan para la hostelería", afirma Iglesias. Son grandes construcciones, con amplias extensiones de terreno, y que en los últimos años se han enfocado sobre todo como hoteles con encanto, o para la celebración de bodas y eventos. "Es difícil que una familia compre un pazo para vivir, normalmente es una inversión para sacarle rendimiento económico".

Por ello este año son muchos los que han tenido que colgar el cartel de SE VENDE. "Ha sido un año complicado para este sector y muchos de los empresarios que habían invertido en ellos han tenido que sacarlos de nuevo a la venta porque no pueden hacerse cargo".

Y es que no hay que olvidar que mantener uno de estos emblemas de la arquitectura gallega, no es sencillo. "Normalmente es necesario tener una o dos personas que se encarguen de atenderlo durante todo el año, y a mayores los arreglos que sean precisos". La cosa se complica si además se trata de un pazo declarado Bien de Interés Cultural, en ese caso la normativa obliga a un correcto mantenimiento y pocos son a día de hoy los que pueden hacerse cargo de él.

El precio de un pazo varía mucho en función de su ubicación, tamaño, extensión de terreno y, sobre todo, estado en el que se encuentra. "Por desgracia hay varios que están casi en ruinas, pero también hay muchos en perfecto estado y con unas condiciones muy buenas". Por ello la horquilla va desde los 180.000 hasta los 6.000.000 de euros.

En este contexto de crisis sanitaria es difícil cerrar operaciones de este nivel, pero aún así hay interés en muchos de estos edificios y, sobre todo, un sentir general también entre quien se dedica a negociar con ellos, lo importante es darles una segunda (o tercera, o cuarta…) vida a unos edificios que son, en muchos casos auténticas obras de arte.