Mercados

Los mercados fantasma, ejemplo de cómo el mercado tradicional agoniza

Los mercado de barrio viven tiempos difíciles. Los precios del alquiler de los locales y los cambios de hábitos de consumo están vaciando sus pasillos.

Publicidad

Ni hay marisco en la pescadería de Angelita, ni fruta en la tienda de Paqui. En el vídeo de la parte superior se puede ver un mercado fantasma de persianas bajadas. Es el mercado Campoamor, en Sabadell, Barcelona. Antes había más de 37 puestos y ahora solo quedan 2.

La charcutería de Montse sobrevive. Ella regenta su comercio desde hace 41 años y lamenta que este espacio "era todo vida, y ahora está muy triste". Las clientas de toda la vida siguen haciendo su compra pero cada vez les cuesta más: "Vienen a propósito y solo pueden comprar en mi tienda, es una pena verlo así". Lo confirma una de sus clientas, que recuerda como antes "había que hacer cola para llenar la cesta de la compra".

Los precios del alquiler y los cambios de hábitos de consumo hunden al mercado tradicional. Nos cuentan que no hay "cultura de mercado" y que las familias apuestan por ir a las grandes superficies. En este mercado había peluquería, bares, y cualquier producto fresco y ahora solo quedan pasillos desiertos sin vida, neveras sin género y polvo en las vitrinas.

Nadie quiere invertir porque está desangelado

Recorremos el mercado en busca de otra tienda abierta, la de Aurora. Ella tiene una pequeña cafetería y dice que esto es "un pez que se muerde la cola" porque nadie "quiere invertir en un mercado vacío" y asegura que se necesitan inversiones para hacerlo atractivo y que vuelva a recuperar el bullicio de antes.

Aseguran que nadie quiere abrir negocio aquí porque no salen los números. El de este mercado es el ejemplo de cómo el comercio tradicional agoniza. Desde el Ayuntamiento de Sabadell están intentando ver cómo volver a darle vida a ese espacio porque reconocen que "una ciudad sin comercios, son calles sin vida".

Los vecinos ya se han movilizado por su mercado

Los vecinos se han movilizado para recuperar el mercado y ya han recogido más de 6.000 firmas pidiendo su recuperación ya que quieren volver a ver las vitrinas con producto fresco.

Seguirán luchando para que se den beneficios a futuros inversores que quieran abrir su negocio, reformar el espacio.

Lo que pretenden es recuperar el ir y venir de los carritos y el ajetreo. Temen que los mercados de toda la vida se conviertan en una especie en extinción.

Publicidad