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TRAS LA MULTA A GOOGLE

Las marcas comienzan a cuestionarse el impacto que tiene su publicidad en Internet

Los internautas están sometidos a una gran cantidad de información y publicidad cada día, algo que puede volverse en contra de las marcas: sobreexponer a un usuario a un anuncio puede hacer que pase de resultar interesante a ser negativo.

La Comisión Nacional de la Informática y las Libertades (CNIL) de Francia imponía esta semana una sanción de 50 millones de euros a Google en aplicación del Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD) por su falta de transparencia, la información insatisfactoria proporcionada y la falta de consentimiento válido para la personalización de publicidad.

Esta era la primera vez que la CNIL multaba con la sanción máxima prevista en el nuevo reglamento europeo, señalando que la gravedad de la misma se justifica por la gravedad de las deficiencias observadas, que se refieren a principios esenciales del RGPD como la transparencia, la información y el consentimiento.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de las marcas por estar presentes en todas las pantallas, los expertos, las marcas y los consumidores cuestionan el impacto que tiene la publicidad en la Red porque los usuarios están sometidos a demasiada información y ya conocen las reglas del juego.

Los expertos explican que la personalización de la publicidad puede traer consecuencias negativas dado que cuando un usuario ve hasta cinco veces el mismo anuncio, el impacto pasa de interesar a ser negativo.

Pero en Francia han ido más allá y dicen que lo que encontramos en el gigante de Internet no tiene transparencia y es incorrecto. Además señalan que el ciudadano no da su consentimiento para la llamada 'publicidad personalizada'.

"Yo creo que están viendo que no es tan rentable la inversión como se pensaba y que no todos somos 100% digitales, también somos tradicionales y seguimos viendo televisión o yendo al cine", indica una experta.

Ahora los publicistas se han dado cuenta de que esta estrategia puede dañar a las marcas y han visto que un gran números de 'me gusta' o de 'impactos' no es siempre efectivo.

"Hay mucha gente que se queda en el impacto, pero al final hay que ver si es realmente eficaz y si los impactos no se transforman en venta, no sirven", explican los expertos.

Ahora Google recurrirá la sentencia francesa, pero el debate ha vuelto a la palestra: vuelve a estar en el aire la credibilidad de lo que vemos en la red.

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