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Un año después de obtener la mayoría absoluta más holgada de la historia, los números no acompañan al gobierno de Mariano Rajoy. La lucha contra la elevada cifra de déficit, superior a la prevista por el ejecutivo popular a su llegada al poder, ha marcado el primer año de gobierno.

La prima de riesgo dejó de ser un concepto desconocido para la mayoría para convertirse en un indicador seguido por todos. Rajoy llegó al poder con el riesgo país en el entorno de los 450 puntos básicos, y cumple un año de mandato con los mismos niveles.

Pero durante estos doce meses, el diferencial entre la deuda española y alemana ha dejado gráficas de picos infinitos y ha ocupado portadas de medios españoles e internacionales.

Su pico más alto lo tocó en verano, a finales del mes de julio, cuando superó el insólito nivel de los 600 puntos básicos. Coincidiendo con unas malas previsiones de la evolución económica para 2013, la prima se disparó y el Gobierno se vio obligado a salir a calmar los ánimos, negando la necesidad de un rescate europeo y achacando los malos datos a la "desastrosa herencia recibida".

La bolsa tampoco ha respondido bien en un año 2012 en el que se ha dejado un 4%. Los valores que han sobrevivido y que se permiten hacer balance positivo de estos meses son entidades como BBVA o Santander, que se han mantenido gracias a su mercado internacional. En el otro extremo se posiciona lo sucedido con entidades como Bankia, que han llegado a perder hasta un 80% de su valor.

"Esto me va a costar una huelga general", confesó Rajoy a sus 'colegas' europeos en una conversación captada por los medios, en referencia a la situación económica y a las reformas por él emprendidas. Y no le costó una, sino dos. La segunda se vivió el pasado 14 de noviembre.

El rescate, la gran asignatura pendiente
El acoso de los mercados fue en aumento desde que Rajoy salió al balcón de Génova aquel 20 de noviembre de 2011. Los expertos miraban a países vecinos como Grecia e Irlanda para alertar de las posibilidades de que España tuviera que pedir ayuda formal a la Unión Europa para poder salvar los muebles.

Rajoy ha logrado esquivar el rescate después de muchos rumores

Y el rescate no llegó, o llegó a medias. La crisis de Bankia desencadenó en junio un 'rescate' al sector bancario español, que Luis de Guindos defendió como un "préstamo en condiciones muy favorables". Europa ponía el límite de 100.000 millones de euros para rescatar un sector bancario acuciado por la crisis del ladrillo. Con la ayuda llegaron a España los temidos 'hombres de negro', encargados de supervisar los entresijos de la economía española.

¿Necesita España un rescate, un año después de la llegada de Rajoy al poder? Este es el punto que mueve al balance del primer año del Gobierno entre el aprobado 'justo' y el suspenso por los pelos. El Ejecutivo defiende que no es necesario, aunque la UE y organismos como el BCE han presionado en mayor o menor medida para 'animar' al Gobierno a pedir ayuda. Lo cierto es que esa petición no ha llegado y parece alejarse después de que los indicadores españoles calmaran su ataques de pánico.

El desempleo bate récords
Uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar está desempleado. Es el drama que afecta a la sociedad española, sobre todo a los más jóvenes, entre los que el porcentaje de desempleo es más elevado.

El Gobierno no logra paliar el drama del desempleo

La reforma laboral ha sido el arma que el Gobierno ha lanzado para combatir la caída sin freno del empleo. Con detractores y defensores, el ministro De Guindos defiende esta norma y asegura que en 2013 "ayudará a generar empleo y a crear las bases de una economía sólida".

Mientras, los parados no han visto reducida la duración de la ayuda que reciben, aunque a partir del sexto mes disminuirá. Los desempleados pasarán a percibir un 50% de la prestación, en vez de un 60% como hasta ahora, tal y como aprobó el Gobierno en el mes de julio.

En un escenario en el que el Gobierno logra sobrevivir a pesar de la crítica situación económica, lo único cierto es que los mercados aún no confian en España. Mientras, en el horizonte, se encuentran los Presupuestos para 2013: subida del IVA, recortes a las subvenciones de partidos y otros organismos y cambios en las políticas de desempleo.

Además de los problemas económicos, el Gobierno de Rajoy lucha en otra batalla: la política. Con el PSOE hundido en la peor crisis de su historia, el PP ha librado con éxito los comicios gallegos, donde ha revalidado su mayoría absoluta. En el País Vasco, en cambio, el balance fue negativo.

Pero el mayor problema para Rajoy en el ámbito político tiene nombre y apellidos: Artur Mas. Su órdago independentista ha abierto un debate que complica la intención del presidente de mantener la unidad y empaña problemas de otra índole.

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