La comunidad china en España fue de las primeras afectadas por la pandemia del coronavirus. En febrero de 2020, cuando el mundo miraba perplejo la situación en Wuhan, epicentro mundial de la pandemia, los empresarios chinos en España empezaban a cerrar sus negocios.
Un año después, muchos empresarios chinos se están viendo obligados a abandonar España. Es el caso de Alicante, donde la mayoría de las naves de su polígono industrial están cerradas. Los empresarios chinos se van porque en China hay menos contagios de COVID-19 y ven más oportunidades de negocios.
Algunos se han ido de forma temporal hasta que mejore la situación en España, pero otros se han ido para siempre porque la falta de turistas ha mermado la facturación de empresas y muchas ya no son rentables.
Solo en la provincia de Alicante se han ido unos 3.000 chinos, lo que representa el 20% del total de la comunidad asiática.
La comunidad china en Usera resiste al coronavirus
La situación es similar en el barrio madrileño de Usera. Hace un año, muchos comerciantes se anticiparon y cerraron sus negocios de forma temporal ante los primeros azotes del virus. Ahora, aseguran que hay poco por hacer. "Están cerrando muchísimos comercios y aquí creo que no hay mucho por hacer", ha señalado a Antena 3 Noticias la empresaria Veline ONG.
Algunos locales de las calles de Usera que cerraron en febrero de 2020 por el coronavirus han vuelto a cerrar o han traspasado sus negocios.
Todo, ante el cambio de la vida en el barrio. Los mismos empresarios que cerraron voluntariamente sus negocios hace un año no imaginaban que el cierre sería obligatorio doce meses después. A pesar de la pandemia, muchos comerciantes siguen en España para levantar sus negocios, aunque confiesan que las restricciones han reducido el número de clientes y que ya no sale tan rentable como antes de la pandemia.