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SE CONFIRMA QUE SE SUICIDÓ

Depositan las cenizas de Miguel Blesa en el panteón familiar del cementerio de Linares

Las cenizas del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, de 69 años, reposan ya en el cementerio de Linares (Jaén), su ciudad natal, donde este viernes fueron depositadas en el panteón familiar junto a los restos de sus padres. Las cenizas fueron llevadas al cementerio parque 'Virgen de Linarejos', a las once y media de la mañana, por familiares, entre ellos su viuda, hija y hermanos, y por amigos.

El cadáver de Miguel Blesa ha sido incinerado este jueves en un tanatorio privado de Córdoba, en el Polígono Industrial de Las Quemadas, con la presencia de familiares y amigos del expresidente de Caja Madrid. El acto de colocación de las cenizas en el panteón, donde están enterrados sus padres, Miguel y María Dolores, se ha realizado en la intimidad, por deseo de los familiares, así lo confirmaron a EFE fuentes del cementerio linarense.

Para la tarde de este viernes, a las siete y media, está previsto que se celebre el funeral en la céntrica parroquia de San Francisco de Linares, en una misa que oficiará el párroco José Rodríguez Perales.

Las cenizas fueron trasladadas el pasado jueves a Linares, donde la familia se reunió en la casa familiar, que fue reabierta después de muchos años cerrada. Miguel Blesa es el segundo de cinco hermanos, de los cuales todavía viven en Linares unas hermanas y sobrinas.

Todo ello se desarrolla después de que la autopsia, realizada en el Instituto de Medicina Legal de Córdoba, haya confirmado este jueves que el exbanquero se quitó la vida en la finca cordobesa Puerto del Toro, en Villanueva del Rey, utilizando una escopeta de caza de su propiedad. "Las heridas que presenta el cadáver son compatibles con el suicidio", han informado fuentes de la investigación. Oficialmente, la confirmación ha llegado sobre las 11,45 horas de este jueves a través de fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

"Se confirma que se ha tratado de una muerte por autolesión por arma de fuego", han señalado desde el alto tribunal, una vez que el informe de autopsia ha sido remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Peñarroya-Pueblonuevo, que abrió diligencias previas por la muerte de Miguel Blesa, de 69 años, quien presidió Caja Madrid entre 1996 y 2009. Tras la autopsia, el cuerpo de Blesa ha sido trasladado desde el Instituto de Medicina Legal, situado dentro del Cementerio Municipal de la Fuensanta, hasta el tanatorio privado de Las Quemadas, a escasos metros de las anteriores instalaciones, y donde aún se encuentran amigos y familiares del exbanquero.

El fallecimiento de Miguel Blesa fue notificado por los Servicios de Emergencias un día antes, concretamente a las 8,40 horas del miércoles. Un empleado llamó a las 7,50 horas para alertar de que el exbanquero había aparecido tirado en el suelo con un disparo en el pecho. Fuentes de la investigación adelantaron que la reconstrucción de las últimas horas de Blesa llevaba a determinar que el expresidente de Caja Madrid viajó de Madrid a Villanueva del Rey en la noche del martes al miércoles. A la finca, situada a unos siete kilómetros de este municipio, llegó a las dos de la madrugada.

Tras descansar unas horas, se levantó de la mesa cuando desayunaba con la excusa de mover de sitio su coche para ir a la zona de cocheras. Varios medios de comunicación señalaron ayer que antes de esto preguntó a su amigo y gerente de Puerto del Toro: "¿Tienes el teléfono de mi mujer, por si tienes que llamarla?".

En la zona de cocheras cogió un rifle del maletero, con el que se fue hasta la parte delantera del vehículo, apoyando la culata del arma en el suelo y situando su pecho sobre el cañón. Acto seguido, accionó el gatillo. Efectuó un único disparo, que provocó que el cuerpo del expresidente de Caja Madrid golpeara con el capó, deslizándose hasta caer desplomado en el suelo junto a una de las ruedas.

El entorno familiar explicó que Miguel Blesa, que era inspector de Hacienda de profesión, no se encontraba en los últimos días desanimado ni deprimido, aunque sí preocupado en ocasiones por el devenir de la batalla judicial que afrontaba desde hace años. No consideraban que fuera el peor momento del exbanquero, ya que albergaba "serias esperanzas" de que el Tribunal Supremo le diera la razón en el caso de las 'tarjetas black', tras recurrir la pena de prisión de seis años que le impuso la Audiencia Nacional.

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