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EL CONSUMIDOR DEBE CONOCER SUS DERECHOS

Cobrar por los cubiertos o por cada hielo, entre los abusos de algunos restaurantes

A la hora de pedir la cuenta en un restaurante, se nos puede 'atragantar' lo que hasta ese momento había sido una magnífica comida. Y no sólo por el importe si es desorbitado, sino también por sorpresas en la factura: suplementos por pedir la carne muy hecha o 'cargos extra' por una pastilla contra el dolor de cabeza son algunos de los gastos que pueden llevar a cobrarse de forma imprevista.

Como cualquier documento escrito, una carta de un restaurante también tiene letra pequeña. Aunque a veces se omite. El ticket final es ese 'chivato' de todos los suplementos y precios incluidos al final del ágape.

La sorpresa puede llegar con el IVA. A veces, los precios de la carta no incluyen ese 10% del impuesto. Otra sorpresa es el suplemento del cuchillo y el tenedor, a pesar de que sin ellos es imposible llevarse nada a la boca. En este caso, el restaurante cobró a sus comensales un euro y medio por los cubiertos. Eso es ilegal porque no pueden cobrar nada que resulte necesario para la prestación del servicio.

A veces son suplementos ridículos, de céntimos, pero pueden provocar que el cliente no vuelva a esa establecimiento. Pueden cobrar por una jarra de agua del grifo, por el pan o por el aperitivo siempre que estén visibles en la lista de precios. Igual que el hielo; por ejemplo, se quedaron 'helados' los clientes que tuvieron que pagar 10 centimos por los cubitos de sus bebidas.

En nuestro país hay casi 255.000 bares y restaurantes, un establecimiento por cada 200 españoles. Si en algunos de ellos nos cobran precios demasiado abusivos por platos que no aparecen en la carta, el cliente se puede negar a pagarlos.

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