Bajada de carburantes

El carburante registra su mayor bajada desde el mes de abril

Entre el 9 y el 15 de agosto, la gasolina se vendía en España a una media de 1,597 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hacía a 1,606 euros, la más baja desde el mes de abril.

Llenando el tanque de gasolina del coche

Llenando el tanque de gasolina del cochePixaBay

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Las bajadas en el precio del gasóleo y de la gasolina que se están produciendo en los últimos meses, sumados a la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible aprobada por el Gobierno, han permitido a los consumidores permitirse un pequeño "respiro" durante el puente de agosto, el cual ha sido el más caro de la historia.

Según los datos difundidos este jueves por el Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), que recoge el precio medio registrado en más de 11.400 estaciones de servicio españolas entre el 9 y el 15 de agosto, la gasolina se vendía en España a una media de 1,597 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hacía a 1,606 euros.

¿Por qué subió tanto el precio de la gasolina?

Desde que el 24 de febrero de 2022 estallase la guerra entre Rusia y Ucrania, una terrible crisis empezó a afectar y asentarse en todo el mundo.

La participación de Rusia en esta guerra (país que cuenta con la tercera mayor exportación y producción de petróleo del planeta con más de 150.000 millones de barriles y más de 82 millones de toneladas de petróleo) se tradujo en una directa subida de los precios tanto de la energía como de la gasolina y el gasóleo, que se llegaron a situar en los 128 dólares el barril.

Y no solo eso, sino que, además, el descenso del precio de las divisas ha sido otras de las clave por los que el precio de la gasolina se ha visto afectado. Ya que el barril de petróleo se paga en dólares, si el euro se devalúa frente al dólar, actualmente un euro equivale a 1,02 dólares, el barril será más caro.

Por último, los impuestos es otro de los factores por los que la gasolina experimentó esta subida, el conocido impuesto de hidrocarburos. Los impuestos que el Gobierno aplica al carburante suponen aproximadamente el 50% de su valor. Es decir, la mitad de lo que pagamos en un litro de gasolina o diésel son impuestos. Este conjunto se agrupa en los impuestos de hidrocarburos que es un impuesto fijo, por lo que, si el precio del barril sube o baja, este impuesto no afectará al precio final de este.

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