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SIN AYUDAS PÚBLICAS

España echa el cierre a las minas de carbón

Si a principios de los años 90 contaba con 146 explotaciones de carbón, a finales de 2017 solo 12 quedaban abiertas, ocho de ellas situadas en Asturias, dos en Castilla y León, y otras dos en Aragón.

La industria carbonífera en España ha pasado de extraer más de 30 millones de toneladas de carbón en 1993 a menos de 3 millones el año pasado, con un valor de producción de 83 millones de euros, algo que solo supone un 2,9% de todo el sector minero en su conjunto y únicamente un 0,007% del PIB nacional.

Así se desprende del análisis realizado por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), que también refleja la disminución "drástica" del número de trabajadores en esta industria, que ha pasado de 30.000 en 1994 a poco más de 2.000 el pasado mes de octubre.

El número de explotaciones también ha descendido de forma paralela. Si a principios de los años 90 contaba con 146 explotaciones de carbón, a finales de 2017 solo 12 quedaban abiertas, ocho de ellas situadas en Asturias, dos en Castilla y León, y otras dos en Aragón.

En medio de este panorama, la industria hará frente el próximo 31 de diciembre a la fecha límite marcada por la Unión Europea para el fin de las ayudas a las minas de carbón en el marco del plan de cierre de las explotaciones, un proceso que ya lleva anticipándose desde hace casi tres décadas.

Para la directora del IIDMA, Ana Barreira, el sector del carbón está "en claro declive y tiene un papel residual dentro de la economía española", por lo que ve "inevitable" su fin, no solo en España, sino en todo el continente, ya que la norma europea prevé el cierre de todas las minas no competitivas.

Reconversión de las cuencas mineras

Por ello, la prioridad ahora, según explica Barreira, es lograr que el proceso de transición de las cuencas mineras sea "ordenado y progresivo" y se apoye en un margo legal "adecuado" que garantice una transición "justa" para todos los trabajadores y comunidades afectadas".

Entre las dificultades encontradas para alcanzar esta transición se encuentran "el monocultivo industrial, la ausencia de sectores alternativos, la despoblación y envejecimiento, la identidad minera de la población y un personal con baja formación".

Según comenta el ingeniero medioambiental del IIDMA, Massimiliano Patierno, la implementación de actividades económicas alternativas no deslocalizables, así como la planificación, la cooperación entre actores, la participación de la sociedad civil y el fomento de una formación profesional específica son algunos de los elementos "fundamentales" para que esta transición se lleve a cabo con buenos resultados.

La reconversión económica de las regiones mineras, tomando como ejemplo algunos casos de éxito registrados en otros países, pasa por los sectores verdes y la economía circular, el ocio, la cultura y el I+D+i, de forma que se canalice el turismo mediante la creación de áreas recretativas o reconvirtiendo el patrimonio minero.

El estudio cita la reconversión de la economía en los pueblos mineros de Lood-en-Gohelle o Albi Carmaux en Francia y de Beal en Inglaterra, donde han apostado por la economía verde, la producción de renovables, la construcción de un parque empresarial, el ocio o museos.

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