Monedas de céntimo

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Comisión Europea

Bruselas estudia eliminar las monedas de uno y dos céntimos

La Comisión Europea estudiará cómo se usan las monedas de uno y dos céntimos para decidir si las elimina o no y armonizar así el redondeo en los precios de los Veintiocho.

En resumen
  • El redondeo de la suma es obligatorio ya en varios países de la Unión Europea
  • La CE asegura que no se ha detectado un aumento de los precios en los países donde ya se redondea

La Comisión Europea (CE) analizará cómo se utilizan las monedas de uno y dos céntimos de euro para decidir si propone suprimir su uso y armonizar el modo en que se redondean los precios en los Veintiocho.

La iniciativa figura en el programa de trabajo del Ejecutivo comunitario para 2020 presentado este miércoles y está prevista para el último trimestre del año, previa consulta con las partes implicadas, incluidos los Estados miembros.

"Proponemos una evaluación sobre cómo se usan estas monedas y consultas con todas las partes, así que no hay una decisión final o propuesta para suprimir o abolir el uso de las monedas de uno y dos céntimos", dijo el vicepresidente de la Comisión Maros Sefcovic al presentar el calendario.

Bruselas quiere de momento estudiar su uso y asegurar que existen reglas comunes para el redondeo de los precios, que ahora se efectúa de forma diferente en cada país.

El redondeo de la suma a pagar en caja ha sido obligatorio en Finlandia desde 2002, mientras que en Holanda se aprobó en 2004. En 2014 Bélgica introdujo el redondeo voluntario, Irlanda lo hizo en 2015 e Italia en 2017, dejando incluso de acuñar estas monedas. Según un informe elaborado por la Comisión en 2018, en muchos casos el coste de producir estas monedas supera el valor de las mismas.

El texto apuntaba además que en los países que han introducido el redondeo no se ha detectado un aumento de los precios para los consumidores.

Un eurobarómetro mostró en 2017 que el 64% de los europeos estaría a favor de abolir las monedas de uno y dos céntimos. Sefcovic insistió en que Bruselas no ha tomado una decisión final y que "consultará ampliamente con todas las partes, incluidos los Estados, antes de tomar cualquier decisión".

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