Alquiler jóvenes

El alquiler ahoga a los jóvenes y les obliga a volver a vivir a casa de sus padres

El precio del alquiler sigue disparado en España y muchos jóvenes no pueden afrontar los costes. Algunos recurren a varios trabajos para mantenerse, mientras otros directamente optan por volver a casa de sus padres.

El alquiler ahoga a los jóvenes y les obliga a volver a vivir a casa de sus padres

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La situación para los jóvenes cada vez es más complicada. El precio de alquiler sigue disparado en España y está marcando máximos históricos. De media, un piso de 80 metros cuadrados cuesta ya unos 1.150 euros al mes, una cifra inasumible para gran parte de los jóvenes. Muchos se ven obligados a destinar casi todo su sueldo a la vivienda, mientras otros directamente optan por regresar a casa de sus padres.

"Ahora estoy en un piso de estudiantes, pero volveré a casa de mis padres"

Todas las comunidades autónomas han superado sus máximos históricos de alquiler. Incluso compartir habitación empieza a ser inviable. Es el caso de Clara, que tras varios años independizada admite resignada: "Ahora estoy en un piso de estudiantes pero cuando acabe de estudiar y tal que me queda este año pues volveré a casa de mis padres eso seguro".

Otros jóvenes, aunque intentan mantener su independencia, lo hacen a costa de un enorme esfuerzo económico. "Para poder pagar mi piso tengo dos trabajos. En el caso de que fallase uno de los dos sí tendría que volver a casa de mis padres", cuenta otra afectada.

Muchos ni siquiera llegan a dar el paso de independizarse. Como explica una joven que inicia su carrera laboral: "Empiezo a trabajar ahora en septiembre a jornada parcial y también voy a estudiar un máster. No me planteo irme de casa de mis padres hasta por lo menos dentro de cinco años".

Un mercado laboral en desequilibrio

A las dificultades de acceso a la vivienda se suma la fragilidad del mercado laboral. En España, durante el primer semestre de 2025, se han jubilado de media 1.020 personas al día, mientras que solo 986 nuevos trabajadores se incorporan cada día, según datos del Ministerio de Seguridad Social.

Una jubilada lo resume así: "Yo he trabajado 43 años y estoy jubilada". Mientras, una joven recién incorporada afirma: "Yo por suerte sí que tengo un trabajo estable ahora". Pero la balanza no está equilibrada. En lo que va de año son más los que dejan el mercado laboral que los que entran, y las proyecciones apuntan a que la situación va a seguir empeorando.

Dos pensionistas por cada trabajador

Los expertos alertan de que la presión sobre el sistema de pensiones será insostenible si no se toman medidas. Irene Gil, del Observatorio de Vulnerabilidad de la Fundación Adecco, advierte: "Durante la próxima década por cada tres personas que van a jubilarse solo un nuevo joven va a entrar al mercado laboral".

Francisco Rodríguez, catedrático de Economía de la Universidad de Granada, coincide en el diagnóstico: "En breve espacio habrá dos pensionistas por trabajador y eso es bastante insostenible".

Posibles soluciones: inmigración, prolongar la vida laboral y tecnología

Una de las vías para compensar el desequilibrio es la llegada de trabajadores extranjeros. "Pueden que hagan falta otros dos o tres millones de inmigrantes. Gracias a ellos podremos tener jubilación", apuntan los expertos. Sin embargo, no bastará con reforzar la inmigración. También será necesario aprovechar la experiencia de la fuerza laboral sénior. Desde Adecco lo recuerdan: "Estamos desechando a la fuerza laboral senior y con ello competencias tan maravillosas como la experiencia, la madurez...".

Más controvertida es la posibilidad de retrasar la edad de jubilación, una medida que vuelve a estar sobre la mesa en el debate político y económico. La tecnología, por su parte, puede contribuir a mantener la productividad con menos mano de obra, que aunque no cotiza a la Seguridad Social, tampoco cobrará una pensión.

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