Cinco hombres miembros de una banda organizada dedicada al asalto de viviendas habitadas en Alicante han ingresado en prisión acusados de tres delitos de robo con violencia e intimidación. Los detenidos amenazaban a sus víctimas a punta de pistola o con cuchillos de grandes dimensiones y las maniataban mientras robaban todas las joyas y el dinero que tuvieran.

Todos ellos tienen antecedentes por delitos contra el patrimonio en solitario, pero decidieron unirse para cometer los asaltos más violentos, ha informado la Guardia Civil.

La banda ha sido arrestada en Alicante, Pinoso y San Vicente del Raspeig y son cinco hombres, de nacionalidades española (24, 38 y 44), dominicana (33) y marroquí (37), que cometían robos con extremada violencia en casas habitadas de poblaciones de la comarca del Vinalopó Mitjà.

El modus operandi empleado por esta banda era estudiar los movimientos de sus víctimas y aprovechar los momentos en los que sabían que se encontrarían solos para acceder a las viviendas intimidándolos a punta de pistola o poniéndoles un cuchillo de grandes dimensiones en el cuello amenazándoles de muerte, para después maniatarlos con bridas durante los minutos que durara el asalto.

Para evitar ser reconocidos, usaban máscaras, gorras y pasamontañas, y forzaban a los moradores a facilitar las claves de la caja fuerte.

La Guardia Civil inició la 'operación Golds' desde la primera denuncia recibida al saber que estaban ante un grupo organizado y "sin escrúpulos", que no dudaba en asaltar a víctimas indefensas como en el caso de un matrimonio octogenario de Novelda, o una mujer que se encontraba sola en Pinoso, a quien maniataron, tanto a ella como a su hijo, tras acudir a la casa al recibir el aviso de que había saltado la alarma.

Las declaraciones de los testigos, unido a la recuperación de varias joyas relacionadas con estos delitos y la labor de investigación que se prolongó durante varios meses, aportaron las pistas necesarias para identificar a los cinco miembros de este grupo criminal.

En las viviendas donde estaban los detenidos se hallaron pruebas suficientes para incriminar a los miembros del grupo en todos estos robos y que corroboraron la violencia usada por la organización ya que había una pistola simulada de apariencia real, un revólver simulado, un arma eléctrica tipo táser, numerosas armas blancas, munición del calibre 22, unos grilletes, bridas para maniatar a las víctimas, máscaras, mandos a distancia y llaves de diferentes domicilios, herramientas para la apertura de puertas, además de las joyas, dinero y otros efectos procedentes de los robos cometidos.