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deporte de riesgo

'Slackline' a un kilómetro de altura: cuando la vida está en la cuerda floja

Algunos valientes se juegan la vida al caminar sin medidas de seguridad: el francés Tancrède Melet murió en 2016 al practicar este deporte entre dos globos aerostáticos. Las imágenes son escalofriantes.

Los 'slackliners' cruzan montañas andando sobre una cuerda. Muy difícil mantener el equilibrio y más cuando bajo los pies hay centenares de metros de caída. Da miedo verles caer aunque lleven arnés, pues no sólo caminan sobre la cuerda.

Este tipo de acrobacias, 'slackline' cerca del suelo, tienen su mérito, desde luego. Pero el riesgo se multiplica cuando la modalidad del 'slackline' alcanza las dimensiones de las mismísimas montañas: "Este deporte es extremadamente seguro si haces lo correcto y aprendes de los más experimentados; no dejes que tu ego crezca por encima de tu conciencia", dice Friedi Kuhne, 'slackliner'.

Un deporte seguro siempre que se cumpla con las reglas de seguridad. Los acróbatas deben llevar un arnés con la denominada línea de la vida. Una cuerda que permite a los deportistas reincorporarse en caso de una caída. Pero a pesar del riesgo, las vistas son increíbles: "El principal miedo es el psicológico", reconoce Alexander Chernyavsky.

Tragedia de Melet

Aunque poco temerosos son algunos valientes que se juegan la vida al caminar sin medidas de seguridad. Su propio cuerpo y sus rápidos reflejos son los que les salvan del abismo. Pero no todos han tenido la misma suerte. El francés Tancrède Melet falleció en 2016 al practicar este deporte entre dos globos aerostáticos. Perdió el equilibrio y cayó al vacío. Un deporte no apto para corazones sensibles.

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