Natación
Ross Edgly y un reto imposible, dar la vuelta a Islandia nadando
El nadador británico debe completar un recorrido de 1600 kilómetros en aguas heladas, contra tormentas y ventiscas mientras que intenta esquivar a las ballenas

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En aguas a -4 grados, luchando en ocasiones contra olas de 30 metros, contra tormentas de arena, venticas y cualquier problema que pudiera surgir durante la travesía del plusmarquista británico Ross Edgley. Como siempre, trata de escribir su nombre en la historia. Esta vez su objetivo es rodear la isla de Islandia a nado, una travesía de 1600 kilómetros y que ningún humano ha logrado hasta ahora. un reto que le supone llevar a su cuerpo al límite, 6 horas de nado diario y una ingesta de 10.000 calorías para aguantar ese nivel de exigencia.
"Vamos a explicártelo, olas de hasta 30 metros, vientos de 160 km/h, si sobrevives a la congelación y las ballenas asesinas no quieren comerte... si quizás se posible", esa fue la respuesta de su equipo cuando Ross propuso el reto. Muchos pensarían que está loco pero su trayectoria demuestra que lo decía en serio. Ya fue el primero en rodear las islas británicas, un récord que consiguió tras nadar 157 días y recorrer 2.283 kilómetros, tuvo que nadar una media de 12 horas diarias para conseguirlo.
"No es como lo consigues, e cuanto fallas hasta conseguirlo", una frase que ha acompañado a Edgley durante su reto y que le ha mantenido con fuerza para seguir su recorrido. Además de su mentalidad también le ha ayudado su sentido del humor. A pesar del cansancio Ross no ha perdido la sonrisa en ningún momento incluso se paraba a bromear con su equipo. "Creo que está.. ¡calentita!", ese fue el primer comentario del nadador cuando probó la temperatura del agua.
Pasar tantas horas en el mar hace que tenga un cierto parecido con el rey de los mares: "Parezco como si Poseidón tuviera un primo lejano, del que nunca nadie ha hablado". Su cuerpo también ha sufrido cambios por pasar tantas horas en el mar. "¿Cuanta piel debes sacrificar ara conseguirlo?", era esa pregunta que se hacía el británico mientras curaban sus heridas. EL roce con el traje de neopreno generaba sarpullido y roce que irritaban su piel. No es lo único, en el primer día de travesía vio como su lengua se resquebrajaba y cambiaba de color.
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