La pelea más recordada de Mike Tyson es la que libró contra Evander Holyfield por el título mundial de los pesos pesados.
Acabó con un mordisco del neoyorkino que le arrancó un trozo de oreja a Holyfield. Una escena mítica del boxeo que dio luego para un spot y la visita de Tyson a casa de su rival a Alabama para pedirle perdón.
Su fama y los tigres de su rancho le llevaron al cine, a la inolvidable 'Resacón en Las Vegas'. Y es que su vida ha sido siempre de película. Su mordisco a Tyson tuvo lugar justo tras salir de la cárcel, donde estuvo tres años por la violación de una modelo de 18 años Desiree Washington.
Fue el principio del final de un boxeador que hizo historia con 20 años y cuatro meses. En noviembre de 1986, se convertía en el campeón del mundo más joven de los pesos pesados con un KO histórico con el que acabó con Trevor Berbicen el segundo asalto.
Su vida cambió de Brooklyn pasó a estar rodeado de dinero y mujeres, no lo asimiló y tras encadenar éxitos y derrotas sufrió la más dura en 1990 ante James Buster Douglas, que lo mandó a la lona en otra de las imágenes que Tyson deja para el recuerdo.
Esta vez le tocó a él morder el polvo a la vez que mordía su protector bucal porque no era era capaz de llevárselo a la boca, una boca con la que ha hecho casi más que con sus manos.