Espeleología

Muere un espeleólogo y rescatan a otro en un accidente en la cueva de Valporquero, León

Los profesionales piden a las autoridades que se regule la entrada de visitantes a la cueva para evitar tragedias como esta.

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La localidad de Valporquero de Torío (León) sigue conmocionada tras el fallecimiento de un espeleólogo en la ruta de Sima de Perlas. Una de las cuevas más frecuentadas no solo por los apasionados de la espeleología y, sino por turistas, niños y mayores, que la visitan cada año.

Es peligroso si no se realiza con espeleólogos experimentados

A priori, una actividad deportiva sin riesgo, pero que puede tener consecuencias como estas si no se realiza con espeleólogos experimentados y por los espacios habilitados. Dos personas acudieron a una de esas rutas que conforman el descenso vertical, pero decidieron tomar un camino diferente al habitual y cayeron desde una altura de 35 metros: "Se cayó una de las dos personas y en esa caída golpeó a la otra persona, que estaba por debajo de él", explica Raúl Temprano, espeleólogo.

Un accidente que ha dejado un fallecido y un herido grave, que tuvieron que ser evacuados por la Guardia Civil y guías privados en un complicado rescate transportando las camillas por espacios confinados.

"Se cayó una de las dos personas y en la caída golpeó a la otra persona que estaba por debajo de él"

Raúl Temprano

Los profesionales de esta disciplina piden la regulación de la actividad para evitar que puedan ocurrir nuevos hechos como este. Insisten en que se ha producido una masificación de las cuevas, a las que acuden cada día gente con escasa preparación y sin ningún tipo de supervisión por alguien con experiencia que deciden realizar su propio recorrido, diferente al habilitado: "Se meten ahí sin saber el estado concreto de la cueva", explica Temprano.

El accidente se encuentra aún bajo investigación de las autoridades para conocer cómo se produjo exactamente esta tragedia.

"Se meten sin saber el estado concreto de la cueva..."

Raúl Temprano

Raúl Temprano, además de espeleólogo, es el dueño de una empresa que organiza visitas guiadas a las que pueden acudir todo tipo de personas sin experiencia, grupos de amigos, familias enteras... pero también realizan incursiones en zonas más técnicas como en la que se produjo el accidente para las que sí que exigen cierta preparación a los clientes.

"Antes hacemos varias pruebas con ellos"

"Hacemos varias pruebas con ellos, les llevamos a un rocódromo y ahí probamos. Bajo supervisión en todo momento, llevamos dos clientes con dos guías. El ratio es uno a uno", explica. Una forma correcta de visitar este lugar idílico que fue descubierto en 1950.

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