No tiene ni brazos ni piernas. Es impresionante verle subirse al monoplaza, colgado de un arnés, y salir de él con una habilidad extraordinaria. Suple su discapacidad con una enorme determinación y se la ha contagiado a otros.
Frédéric Sausset hizo historia en 2016 al convertirse en el primer cuadramputado en completar las 24 horas de Le Mans.
Este año vuelve a Le Mans, pero no correrá; lo hace como director de un equipo con tres pilotos discapacitados: "Estamos introduciendo la discapacidad en el deporte", cuenta Sausset.
Tras su gran gesta, creó una academia para pilotos con discapadidad física con un claro objetivo: "Este es el único deporte que permite a personas discapacitadas batirse contra los validos".
Dos parapléjicos y un piloto sin mano
El coche que competirá en Le Mans estará adaptado a las características de un equipo formado por el japonés Takuma Aoki, el francés Nossu Ben Houssa, ambos parapléjicos, y el belga Nigel Bailly, quien perdió su mano izquierda con 14 años.
De momento, este año disputarán el Road To Le Mans con el objetivo de que en 2020 puedan estar en la parrilla de la carrera de resistencia más emblemática del mundo.