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Karate

La nueva vida de Alejandro Fernández tras recibir un trasplante de corazón

A los diez años, Alejandro Fernández comenzó a sufrir mareos. Hasta ese momento el karate era habitual en su infancia. Pero su corazón no respondía como debía. El milagro llegó el pasado mes de agosto en forma de trasplante de corazón.

Muchas veces se habla de milagro en el deporte, pero pocas veces esa palabra está más justificada que en el caso de Alejandro Fernández.

Y es que este joven solía practicar karate hasta que a los 10 años comenzó a sufrir mareos. Terminan implantándole un aparato que le reanimaba después de cada convulsión.

"Cuando hacía esfuerzos excesivos me desmayaba. Tuve ataques de pánico por el desfibrilador", recuerda Alejandro.

Aun conserva el implante que le saca de las crisis que sufre por un corazón desbocado. Vida normal, aunque alejada del deporte. Pero la enfermedad coronaria que padece se agrava al final del confinamiento de la pasada primavera.

"Hubo una mano ahí que le sacó. Mi esperanza es que sea una nueva vida"

"Simplemente andando me dio un paro cardíaco", cuenta Alejandro.

Es su padre quien salva de morir a éste joven karateca. Alejandro recuerda su vuelta a la vida.

"Vuelve a funcionar tu cuerpo de nuevo y te duele todo", explica Alejandro.

"O te operamos o te mueres" recuerda Inmaculada que le dijeron a su hijo. Y es ahí cuando se produce el milagro para Alejandro. A finales de agosto aparece un donante de corazón.

"Hubo una mano ahí que le sacó. Mi esperanza es que sea una nueva vida", desea la madre de Alejandro.

Su cuerpo no rechazó el nuevo órgano: "Tengo que estar tomando medicación toda mi vida".

De su afición a las series policiacas tiene claro su futuro.

"Lo que de verdad quería ser era policía y no el actor que interpretaba al policía", reconoce Alejandro.