Juegos Olímpicos de Tokio

Kimia Alizadeh, única medallista olímpica en la historia de Irán, decide no representar a su país en los Juegos Olímpicos

Irá a Tokio pero no representará a su país, Irán. Entrena en Alemania y es una de los 29 atletas del equipo olímpico de refugiados. "Este año fue muy difícil para nosotros", reconoce la taekwondista.

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Kimia Alizadeh es la única medallista olímpica en la historia del deporte iraní. Logró el bronce en taekwondo en Río 2016 y el oro en el mundial. Sin embargo, ha decidido abandonar su país harta de la hipocresía y las humillaciones que sufren allí las deportistas.

Desde hace tiempo entrena en Alemania. Desde allí se preparara para los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que participará bajo bandera blanca, ya que es una de los 29 atletas del equipo olímpico de refugiados.

"El taekwondo cambió mi vida. Tengo 22 años y quiero ser campeona olímpica", dice Kimia, que ha decidido no representar a su país en Tokio. Kimia huyó de Irán hace un año por la opresión a las mujeres. Aprovechó un viaje con su pareja para no regresar.

"Tuve días muy difíciles. Este año fue muy duro por la inmigración, pero él (su pareja) me ayuda mucho", reconoce. Primero se refugió en Holanda, pero terminó asentándose en Alemania, donde se prepara para Tokio.

El Comité Olímpico Internacional ha reconocido su condición de refugiada. Kimia Alizadeh dice que siempre será "una niña de Irán" allá donde esté, pero asegura que seguirá luchando por los derechos de las mujeres

"Cuando tu mente está tranquila puedes entrenas mucho mejor, te concentras más en la competición. Ahora está todo bien", afirma la campeona olímpica de taekwondo.