La historia de Judith Rodríguez, medalla de oro en esgrima paralímpica

La esgrima paralímpica lleva el nombre de Judith Rodríguez. Regresaba de Sao Paulo con mucho que celebrar: el oro y la vida. Esta es la historia de una campeona.

Tuvo paciencia para hacer ese toque, supo esperar y eso le hizo ganar el oro. "Pegué un salto de la silla, sin la prótesis ni nada, solo podía llorar", explica. Judith se proclamó campeona en silla de ruedas, el mejor resultado de la esgrima paralímpica en los últimos 12 años.

Judith está en silla de ruedas por un accidente de tráfico que sufrió hace 4 años volviendo del campeonato de España de esgrima. "Me quedé dormida y cuando desperté estábamos dando vueltas con el coche. Mi pierna estaba destrozada y mi brazo también", dice sobre el momento del accidente.

París 2024, próximo objetivo

"Lo digo mucho y es que estuve a punto de morir y estoy aquí", añade. "Es inteligente, es trabajadora, ha trabajado duro sobre el combate, es lista y tiene mucha fuerza de voluntad", dice de ella Manuel Mariño, su maestro.

Comenzó con la esgrima en el club vigués con 8 años. Para ella era un juego "Mi madre me había dicho 'tienes que escoger un deporte, por qué no vas a esgrima que es como las películas de piratas y de Peter Pan' y a mí esas cosas me gustaban".

Se centró en lo que puede hacer que es mucho. En su mente, los juegos paralímpicos: París 2024.

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