Alpinismo
Los hermanos Pou abren la vía 'Kuntur' en el Jurau A, una imponente montaña de la Cordillera Blanca de Perú
La vía, de 1.575 metros de recorrido, combina paredes verticales de roca, tramos de hielo y nieve, y una dificultad añadida: la constante caída de piedras durante buena parte del ascenso. El avistamiento de cóndores durante la escalada le inspiraron para darle nombre a esta nueva ruta.

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Ya no resulta raro que los alpinistas vascos Iker y Eneko Pou abran nuevas rutas. Esta vez, lo han logrado en la cara este del pico Jurau A una imponente montaña de la Cordillera Blanca de Perú, a la que han bautizado como 'Kuntur', que significa cóndor en quechua. La vía, de 1.575 metros de recorrido y 30 largos, combina paredes verticales de roca, tramos de hielo y nieve, y una dificultad añadida: la constante caída de piedras durante buena parte del ascenso.
"Están cayendo unas cuantas piedras, cuidado", avisaba uno de ellos durante el recorrido. La ruta, expuesta a desprendimientos y sin campos intermedios, fue ascendida en estilo alpino, como explica Eneko Pou: "Petateando mochilón y subiéndolo también". Durante la travesía, se vieron obligados a vivaquear tanto durante el ascenso a 5.000 metros como en el descenso. "Tenemos que intentar arreglarnos en esta repisa pequeña. Que no va a ser tan fácil", comentaba Eneko.
La dureza del ascenso no solo vino marcada por las condiciones técnicas, sino también por el impacto emocional. Durante el viaje a Perú, conocieron la noticia del fallecimiento de varios amigos en la montaña. Un recorrido en el que la naturaleza enseñaba los dientes, tantos es así, que presenciaron una avalancha de nieve durante su ascenso.
Durante la escalada, la presencia de cóndores sobrevolando el Jurau A añadió un componente simbólico al desafío. "Que pasada, que bonito, está aquí mismo", decía Iker al contemplar al majestuoso ave, el más grande del mundo. A falta de nombre para la ruta, estos aves le inspiraron para dar nombre a la nueva vía 'Kuntur', que significa cóndor en quechua.
La parte final de la ruta se complicó aún más, con largos de hielo y nieve que exigieron un último esfuerzo antes de alcanzar la cima, situada a 5.520 metros de altitud. Una larga escalada de horas llegaba a su final, que el mismo Eneko anunciaba: "Iker, esa cumbre, vía de 30 largos". La respuesta de su hermano demostraba la dificultad del reto: "Que paliza, por favor".
Como es habitual en los Pou, dejaron la vía limpia de material para que futuros alpinista puedan enfrentarse a este desafío con total libertad. Una vez más, ambos han demostrado que el límite está en la mente.
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