Alpinismo
Los hermanos Pou abren una nueva vía en los Andes Peruanos: ¡48 horas para hacer cumbre!
Los hermanos Pou abren su séptima vía en lo que va de año. Tras las 6 rutas del Himalaya, Eneko e Iker terminan el verano en los Andes Peruanos, en la cara más inaccesible del Ranrapalca, un macizo de más de 6.100 metros
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No hay reto lo suficientemente complicado que pare a los hermanos Pou. Iker y Eneko se han pasado todo el año abriendo vías en las montañas del Himalaya, y aún les quedaba una última aventura antes de terminar el verano. "Intentamos este proyecto el año pasado pero las condiciones climatológicas nos lo impidieron", explican los alpinistas vascos.
Ranrapalca, una montaña de más de 6.100 metros
Los Pou han realizado la primera ascensión en la cara noroeste del macizo, la más inaccesible. Una pared de casi un kilómetro en vertical. La nueva vía ha sido bautizada como Ya Pe' Cholo (6b, 80º, 1.200m). "No teníamos claro que seríamos capaces de escalar algo tan largo, vertical y complejo a más de 6.000 metros de altura", aseguran los hermanos Pou.
Una escalada de 2 días completos
Junto a un escalador local, Micher Quito, Iker y Eneko realizaron la ascensión al macizo. Una escalada dura, expuesta y muy larga. Tuvieron que pasar la noche a más de 5.000 metros de altura. Al día siguiente, entre desprendimientos de piedras y hielo, lograron alcanzar la cima.
Una escalada que los Pou han definido como "dura, expuesta y muy larga. Dura, porque escalar una pared tan grande con cerca de 20 kilos a la espalda multiplica la dificultad. Expuesta, porque estando a final de temporada y con el calor que ha hecho este año, los desprendimientos de piedras y hielo que caían a nuestro alrededor eran constantes. Y larga, porque con 900 metros de desnivel y más de 1.000 metros de recorrido, esta cara noroeste del Ranrapalca es una de las más grandes que hemos ascendido jamás".
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Un descenso peligroso y con susto
Durante el descenso se rozó la tragedia. Un bloque de piedra que se había desprendido golpeó la cabeza de Eneko Pou mientras rapelaba. "El golpe fue brutal, y como no contestaba me temí lo peor", relata su hermano Iker. Tras unos momentos muy difíciles, Eneko volvió a dar señales de vida. Cuando se recuperó pudo completar el descenso sin ayuda. Los dos hermanos y su ya nuevo amigo Micher lograron alcanzar el refugio pasadas las 2 de la mañana. Un final feliz a una gesta histórica de los Pou.
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