Fútbol
El Real Madrid rechaza el Villarreal - Barça en Miami: "Altera el equilibrio competitivo"
El club blanco denuncia ante FIFA, UEFA y el CSD que el partido de Liga no puede jugarse fuera de España sin el consentimiento de todos los equipos.

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El Real Madrid ha manifestado su "más firme rechazo" a la propuesta de disputar en Miami el partido entre el Villarreal y el Barcelona correspondiente a la jornada 17 de LaLiga EA Sports, previsto para el 20 de diciembre. En un comunicado oficial, el club presidido por Florentino Pérez advierte que esta medida "vulnera el principio esencial de reciprocidad territorial" y supone una alteración del "equilibrio competitivo".
El lunes, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) informó de que trasladaría a la UEFA la solicitud de Villarreal y Barça para celebrar este encuentro en el estadio Hard Rock de Miami, un viejo objetivo de LaLiga que, con la llegada de Rafael Louzán a la presidencia federativa, podría estar más cerca de concretarse.
Primer club que se opone públicamente
Sin embargo, el Real Madrid se ha convertido en el primer club que expresa públicamente su oposición a esta iniciativa. En su nota oficial, denuncia que es una medida "impulsada sin información ni consulta previa a los clubes" y alerta de que "vulnera el principio esencial de reciprocidad territorial que rige en las competiciones de liga a doble vuelta (un partido en casa y el otro en la del equipo contrario), alterando el equilibrio competitivo y otorgando una ventaja deportiva indebida a los clubes solicitantes".
"Sus consecuencias serían de tal gravedad, que supondrían un antes y un después para el mundo del fútbol"
La entidad blanca defiende que "la integridad de la competición exige que todos los partidos se celebren bajo las mismas condiciones para todos los equipos", y añade: "Modificar unilateralmente este régimen rompe la igualdad entre contendientes, compromete la legitimidad de los resultados y sienta un precedente inaceptable que abre la puerta a excepciones basadas en intereses ajenos a lo estrictamente deportivo, con clara afección a la integridad deportiva y riesgo de adulteración de la competición".
En caso de que finalmente el partido se juegue en Estados Unidos, el Real Madrid considera que "sus consecuencias serían de tal gravedad, que supondrían un antes y un después para el mundo del fútbol".
El club sostiene que "cualquier modificación de esta naturaleza debe contar, en todo caso, con el acuerdo expreso y unánime de todos los clubes participantes en la competición, además de respetar estrictamente las normas nacionales e internacionales que regulan la organización de las competiciones oficiales".
Peticiones a FIFA, RFEF y CSD
De forma inmediata, el Real Madrid ha tomado tres acciones. En primer lugar, ha solicitado a la FIFA que "no autorice la celebración del encuentro sin el consentimiento previo de todos los clubes participantes en la competición".
En segundo lugar, ha pedido a la UEFA que "inste a la RFEF a retirar o denegar la solicitud, reafirmando el criterio establecido en 2018 que impide disputar fuera del territorio nacional partidos oficiales de competiciones domésticas, salvo circunstancias excepcionales debidamente justificadas, que aquí no concurren".
Por último, ha solicitado al Consejo Superior de Deportes (CSD) que "no conceda la autorización administrativa necesaria sin dicho consentimiento unánime", reafirmando su compromiso con "el respeto a las reglas nacionales e internacionales que garantizan la equidad y el buen funcionamiento de las competiciones oficiales", y advirtiendo que "defenderá su cumplimiento ante todas las instancias competentes".
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