El Clásico

El Real Madrid pone a punto la caldera de la Champions

Europa se trasladó a la Copa: si el Barça se desmoronó tras el primer gol, los blancos activaron el modo remontada. Las claves del 0-4 en el Camp Nou o por qué nunca hay que dar al Madrid por muerto en eliminatorias.

Ancelotti y Xavi se saludan en el Clásico copero del Camp Nou

Ancelotti y Xavi se saludan en el Clásico copero del Camp NouGetty Images

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El primer gol fue de Vinícius pero nació en Courtois, sostén del Real Madrid en una primera parte fría y equilibrada. La pelota acabó en los pies del brasileño, que cuando puede correr es una ojiva nuclear. Fue un tres contra tres y los blancos no perdonaron. En ese preciso momento, el Barcelona se desvaneció como Marty McFly y sus hermanos en la foto. Hasta entonces, costaba creer que un centro del campo con Kessié, Sergi Roberto y Busquets pudiera gobernar a los de Ancelotti.

Los visitantes, dolidos tras sus tres últimas derrotas consecutivas ante el Barça, demostraron que el resultado de la ida fue el espejismo de un Clásico desnaturalizado. "Nunca des al Madrid por muerto", fue la granítica frase de Modric tras el partido del Camp Nou. La eliminatoria estaba empatada, pero no hubo opciones para un cuadro blaugrana que pareció el de Champions y Europa League: capaz de dejar su portería a cero en 20 partidos de Liga y tres de Copa, pero incapaz de hacer frente a la elite continental.

El mejor Benzema en el momento clave

El segundo gol, nada más arrancar la segunda parte, fue el estoque. Militao burló la maraña táctica de Xavi en mediocampo y Lukita, escorado en la banda, salió en estampida hacia la media luna para ceder el balón a Benzema. El francés ha recuperado la finura en el momento cumbre de la temporada y batió a Ter Stegen con un pase a la red, una caricia. Karim lo mismo te endosa un hat-trick rápido y furioso como al Valladolid, que te mata suavemente después de comerse un par de dátiles de madrugada.

La superioridad madridista pone en cuarentena la Liga azulgrana y se vio confirmada por un 0-4 que no se veía desde hace seis décadas en el feudo culé. El marcador pudo ser incluso más abultado. Luego, en rueda de prensa, Carletto mandó un aviso que resonó en las cancillerías europeas: "La caldera ha vuelto a coger temperatura". El de Reggiolo demostró que no tiene nada que demostrar y acalló las críticas de un plumazo con una alineación que sorprendió en la previa por salir al ataque.

Valverde y Kroos en el medio liberaron a Luka Modric y el croata conectó mejor con el tridente Rodrygo-Vinícius-Benzema. Otro aspecto clave fue la actuación de Camavinga como lateral izquierdo: el francés secó a Raphinha. Todo ello, metido en la coctelera junto a unos Courtois y Benzema en combustión, se tradujo en una goleada que será recordada entre la parroquia blanca. Próximo objetivo: Chelsea. ¿Lo harán de nuevo?

Solidez en LaLiga vs. fiascos europeos

Al Barça le quedan ahora 11 jornadas por delante para cerrar la Liga y esperar. La propuesta de Xavi se vio claramente condicionada por las bajas de Pedri, Dembélé, De Jong y Christensen, algunos de sus futbolistas más talentosos. A diferencia de en la ida copera, cuando el de Terrassa asumió su inferioridad, esta vez el preparador culé quiso ser fiel a sus principios y se vio desarbolado por un Madrid con mayor fortaleza mental que se domina mejor en el alambre de las eliminatorias.

Esas limitaciones, viniendo de donde viene el club, hacen que los fiascos europeos palidezcan en la Ciudad Condal ante la supremacía en Liga. Un título que sirve para sostener al Barça en un momento crucial de su historia, acuciado por el caso Negreira y las deudas. Todo ello explicaría la activación del Plan Messi y el desmoronamiento del equipo ante un Madrid que ha remontado a Villarreal, Atlético y azulgranas camino de La Cartuja. Una Copa del Rey como entrante del plato principal: la Copa de Europa. La caldera ya está caliente.

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