Dani Alves

Joana Sanz, mujer de Dani Alves, le visita en la cárcel: "No le voy a dejar solo en el peor momento"

La mujer del futbolista ha acudido este domingo por la tarde al centro penitenciario.

Publicidad

La mujer de Dani Alves, Joana Sanz, ha acudido este domingo al centro penitenciario Brians 2, donde se encuentra tras presuntamente agredir sexualmente a una joven. Joana ha señalado que no le va a dejar solo en el "peor momento de su vida". La joven no ha querido contestar a las preguntas de los periodistas y ha desmentido que Dani Alves le haya negado un 'vis a vis'.

Este viernes, la jueza que investiga al exjugador ha advertido a una de las dos amigas que la acompañaban que tiene la posibilidad de denunciarlo por agresión sexual por tocamientos, después de que ambas aseguraran que a ellas también las magreó.

Las testigos han ratificado ante la jueza lo que ya declararon a los Mossos d'Esquadra y han confirmado que, antes de llevarse a la denunciante al baño en el que supuestamente ocurrió la agresión sexual, el futbolista también las abordó a ellas con evidente intención sexual. La mujer no ha querido hacer declaraciones.

El futbolista permanece en prisión preventiva desde el pasado 20 de enero por orden de la jueza, que ordenó su encarcelamiento al apreciar un elevado riesgo de fuga dada su capacidad económica, el hecho de que dispone de doble nacionalidad y la inexistencia de convenios de extradición entre España y su país de origen.

Testimonio de la víctima

Según las palabras de la víctíma, estaban en la discoteca cuando se les acercó un camarero para comunicarles que unos "señores" querían invitarlas a cava en esa zona privada, a lo que ellas acabaron accediendo tras rechazar la oferta inicialmente. Una vez en el reservado, estuvieron charlando con Alves y su amigo, momento en el que el futbolista las magreó, según su versión, tras lo que el detenido se dirigió a la puerta que comunicaba al baño privado y, desde allí, hizo un ademán a la víctima para que se acercara.

De acuerdo con el relato de las testigos, no imaginaban que esa puerta conducía a un lavabo privado, por lo que cuando una de ellas tuvo necesidad de ir al baño, se dirigió a los generales, situados en una planta inferior a la de los reservados.

Transcurrido un cuarto de hora, Dani Alves abandonó el baño del reservado e instantes después lo hizo la denunciante, quien se dirigió a una de sus amigas diciéndole, "Nos vamos de aquí". Ya camino de la salida, cuando esperaban sus chaquetas en el guardarropía, rompió a llorar mientras repetía, "Me ha hecho daño".

Ese fue el momento en el que un portero de la discoteca se acercó a la joven para preguntarle qué le pasaba, lo que motivó que el equipo de seguridad de Sutton activara su protocolo contra agresiones sexuales, por lo que se llevaron a la víctima a una estancia apartada y llamaron a los Mossos d'Esquadra.

Publicidad