Fútbol

El gesto de deportividad del Coruxo FC ante un penalti que no era ante el Rápido de Pereiró

El entrenador del Coruxo FC mando a uno de sus jugadores fallar un penalti porque consideraba que no había sido y que el colegiado se había equivocado al señalarlo. Un gran gesto para educar a los niños en la deportividad en el deporte.

Publicidad

En muchas ocasiones el fútbol nos aporta enseñanzas que van más allá de lo puramente deportivo. Un ejemplo de esto es lo que pasó en un partido amistoso entre el Coruxo FC y el Rápido de Pereiró en la categoría de prebenjamines -los jugadores tienen alrededor de 6 años-.

En el minuto 20 del partido, cuando el marcador indicaba aún el 0-0, el árbitro pitó un penalti a favor del Coruxo. En ese momento, el entrenador del club vigués determinó que se había pitado de forma errónea a pesar de que les beneficiaba.

"Vi que el árbitro se había confundido y no dudé en decirles a los chavales que lo tiraran fuera de la portería", comenta Pedro Blanco, entrenador del equipo.

Y así fue, uno de los canteranos chutó el balón hacia la línea de fondo en vez de meterlo dentro de la portería como gesto de deportividad. "Todos querían tirarlo", indica entre risas el técnico.

Un momento que fue grabado por uno de los padres del equipo contrario que en ese momento se encontraba en las gradas del campo y que fue aplaudido tanto por los asistentes como en las redes sociales.

Así pues, el Rápido de Pereiró escribió en su cuenta de Twitter que gestos como el vivido en ese partido "favorecen mucho la formación de los pequeños en el deporte y en la vida". Y así lo indica también Blanco: "Es importante que los niños aprendan de fútbol, pero aún más educarlos en valores y que se lo pasen bien. Ya habrá tiempo para la competitividad cuando sean más mayores".

Finalmente el partido se saldó con un 1-4 a favor del Coruxo, pero sin duda, la mejor victoria que se llevan de ese partido amistoso es la lección que aprendieron por parte de su entrenador sobre lo que es justo y lo que no lo es.

Publicidad