Ciclismo

Rampas dignas del Tour de Francia en el carril bici de la localidad riojana de Lardero

Los ciclistas tienen que superar una pendiente superior al 13%, más empinada que las que se encuentran en el Tourmalet.

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Desde arriba, la pendiente desaparece de la vista. Si la miramos desde abajo, resulta, como mínimo, intimidante. Un ciclista que va a subir por primera vez la cuesta nos comenta que parece bastante dura. Corta pero dura, concluye. Otro hombre nos recomienda poner el plato más grande que tengas, a lo que otro joven añade que también hay que tener paciencia y sudar un poquito.

Quienes aceptan el desafío se enfrentan a una pendiente superior al 13%. Digna de un puerto de montaña y de las piernas de Miguel Indurain o Jonas Vingegaard. Algunos no pueden coronar la cima subidos a la bicicleta. Una mujer nos asegura que lo ha intentado, que no hay manera y que es mejor poner pie a tierra y retirarse. Otra añade que es "mogollón" de cuesta y que ella se paró a la mitad.

"Una vergüenza" para algunos

Un ciclista al que le preguntamos nos dice que la cuesta para quien está acostumbrado a la bicicleta no está mal, pero que para un padre con hijos es una vergüenza. Poco después, precisamente un hombre que intenta subir el desnivel con su hija nos asegura que está muy complicado. Unos metros más allá tienen que bajar de la bicicleta.

Este carril bici claramente no está pensado para bicis de paseo y piernas poco entrenadas. Un hombre reconoce ante nuestras preguntas que para el día a día es una cuesta "elegante". Otro nos asegura al llegar a la cima que está cansado.

Con esfuerzo se sube, añade un aficionado a la bicicleta poco después. Lo que se necesita es ganas y bici, concluye un compañero. Por último, un hombre afirma haber llegado arriba un poco forzado y se lamentaba de que no tuviera un poco menos de pendiente.

No está pensado para patines

El descenso es vertiginoso. Se alcanzan los 45 kilómetros por hora y no está pensado para andar con patines. Una usuaria nos comenta que para ellos es más difícil frenar. Además, al final, hay una carretera que cruza, algo que lo hace aún más peligroso, finaliza otra patinadora.

El carril bici de Lardero pone algo de épica a la rutina diaria de sus vecinos. Cruzar el nuevo paso a nivel sobre la AP-68 es, para algunos, toda una odisea.

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